Ya había pasado bastante tiempo desde que habían escuchado movimiento en la cocina, John ojeaba algunos libros del menor mientras el rizado seguía absorto en sus pensamientos al mismo tiempo que miraba por la ventana, el cielo había tomado un hermoso tono naranja, se veían algunas nubes, era una imagen perfecta. Lo mismo pensaba John, pero no precisamente del cielo, si no de la luz naranja que iluminaba el rostro del menor y resaltaba sus rasgos, Sherlock era hermoso a los ojos del rubio.
-Pensé que sólo te gustaba mirarme cuando estoy leyendo- Dijo el menor girando un poco su rostro con la intención de avergonzar al mayor.
-Siempre me gusta mirarte, es mi pasatiempo favorito- Sonrió el rubio ¿Por qué ningún plan funcionaba con John? Ahora el que estaba avergonzado era el. De pronto sintió unos pasos muy ligeros subir por la escalera, seguramente era su madre.
-La cena está lista!- Dijo la señora Holmes abriendo la puerta intentando sorprenderlos, en su cara se notó un poco la decepción de no haber encontrado a los chicos en alguna posición comprometedora.
-Bajaremos enseguida- Contestó Sherlock dirigiéndole una sonrisa burlona a su madre. No se saldría con la suya. La señora Holmes le dedicó una última mirada a su hijo y bajó hacia la cocina.- Llegó el momento, John... no seas lindo!.
-No soy lindo, Sherlock- Dijo John mientras se levantaba de la cama y estiraba sus brazos. "Es lindo y adorable" pensó el menor, estaban perdidos.
Ya sentados en el comedor, los jóvenes frente a frente con los adultos comenzaron a comer. John estaba fascinado, después de todo rara vez disfrutaba de comida casera, intentaba con todas sus fuerzas no comer como un niño hambriento. Por otro lado, Sherlock parecía jugar con la comida en su plato.
-La cena está deliciosa- Soltó John intentando relajar un poco el ambiente.
-Me alegro que te guste, querido.- Le sonrió la señora Holmes.
-Para la próxima podríamos preparar tu platillo favorito, John- comentó de forma cálida el mayor de los Holmes.
-Oh, descuide, lo que ustedes gusten estará bien para mí.- Sherlock observaba con atención a sus padres mientras bebía jugo, estaban fascinados con John, obviamente lo invitarían cada vez más seguido.
-Mi esposo me comentó que los fines de semana regresas con tu padre.
-Así es, no es muy lejos, como 30 minutos en autobús.
-Podrias llevarlo hoy, cariño- Se dirigió la mujer a su esposo- Así no tendrás que irte tan temprano.- Sherlock miraba de forma acusadora a su madre, quería retener a John ahí la mayor cantidad de tiempo posible.
-Mamá, lo incomodas- Dijo el menor justo antes que su padre pudiera contestar de forma afirmativa.
-Descuide, no quiero causar problemas, ya han sido muy amables conmigo- John no sabía como reaccionar, Sherlock le había dicho que no debía ser "lindo" pero no podía dejar de lado sus modales, más si los mayores eran tan agradables con el, nunca había recibido tanta cordialidad de personas que acababa de conocer.
-En absoluto, eres muy cordial, no seria molestia para nosotros tenderte la mano en lo que necesites. Además, puede que necesitemos un favor, más adelante- Dijo el señor Holmes. Sherlock lo miró con la ceja alzada ¿A qué favor se refería? Miró a su madre en busca de respuestas, pero esta solo sonreía aún en su papel de madre adorable.
-Me gusta ayudar, cuenten conmigo para lo que necesiten.- Sonrió un poco forzado el rubio ya que Sherlock le había pateado la pierna por debajo de la mesa.
-Bueno, sobre eso.- Comenzó a hablar la señora Holmes.- En algunas semanas tenemos que hacer un viaje, iremos a visitar a nuestro hijo mayor a Londres. Sherlock y el no se llevan muy bien...
-Siempre va uno de los dos y el otro se queda en casa con Sherlock. No queremos llegar y ver la casa en ruinas.
-O simplemente llegar y que no exista la casa, o Sherlock...
-Vamos! No soy tan irresponsable!- John solo lo miraba divertido, ya entendía por donde iba esto.
-¿Podrías quedarte con el un fin de semana?- Preguntó un poco dudoso el señor Holmes.- Es difícil encontrar a alguien que se lleve con Sherlock... y bueno, tu...
-Ya basta, no soy un niño- Sherlock rodó los ojos.
-Será divertido- Habló John dejando a los Holmes un poco sorprendidos.- Podemos traer libros de la biblioteca, o lo que tu quieras- Dijo mirando al menor- Dentro de lo legal...- El rizado lo miraba un poco indeciso, un fin de semana con John, solos, en su casa... no sonaba para nada mal, lo tendría solo para el. Pero aceptar significaría doblegarse ante sus padres.
-No lo sé, me gusta mi privacidad.
-No voy a molestarte, seré una compañía si así lo quieres, si no, puedo tomar la distancia que prefieras.- John continuó hablando bajo la atenta mirada de los mayores, nunca habían visto a su hijo escuchar con tanta atención a alguien.- Se que puedes cuidarte solo perfectamente, Sherlock. Es solo para darle cierta seguridad a tus padres de que estarás bien.- Los Holmes no podían cerrar la boca, este chico los maravillaba.- Si todo sale bien no necesitarán que yo me quede para la próxima.- Finalizó el rubio dándole una cálida sonrisa a los mayores.
-Está bien, acepto sólo por esta vez.- Sherlock se cruzó de brazos fastidiado, pero ocultando las ansias muy dentro de el.
El señor y la señora Holmes no podían disimular su cara de sorpresa, Sherlock nunca se había doblegado ante nadie, era el ser más terco sobre la tierra. Habían planeado como ir de viaje hace meses, las únicas opciones que se les habían pasado por la mente eran llevar a Sherlock con ellos o dejarlo solo en casa, pero ninguna de las dos opciones daría un resultado satisfactorio. Por lo mismo cuando la señora Holmes comenzó a notar comportamientos extraños en el menor se le pasó por la mente que su hijo se veía con alguien de forma amistosa, pero nunca se le pasó por la cabeza que sería alguien como John, la llegada del pequeño rubio a sus vidas les facilitaría muchas cosas.
Luego de terminar la cena y el postre John comenzó a ayudar a despejar la mesa llevando las cosas a la cocina, bajo la atenta mirada indignada del menor quien le había dicho incontables veces que no fuera tan amable.
-Es guapo...- Comentó su madre de forma disimulada acercándose al oído del menor.
-Es un amigo- Susurró
-Pensé que no tenías amigos- Sonrío de forma burlona la mujer, bajo la mirada seria de su hijo. Revolvió sus rizos con cariño, después de todo sólo quería ver a su pequeño feliz.
A eso de las 9 de la noche John se despidió de los Holmes, dio las gracias por la fabulosa cena familiar de la que tuvo suerte de ser parte y caminó a la parada de autobús más cercana. Mientras caminaba y sentía el frío en su rostro no pudo evitar pensar en la suerte que tenía Sherlock y en cómo le había gustado compartir con aquella familia tan peculiar. Esperaba con ansias volver a compartir gratos momentos con los Holmes.
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Incompetencia / Teenlock AU
FanfictionSherlock estaba aburrido de tener que soportar a sus incompetentes profesores ¿De que servía ir a una escuela normal donde estaba rodeado de ineptos? Es por eso que decide saltarse las clases y estudiar por su cuenta, pero... ¿Donde?