Como estudiante de segundo año de ingeniera industrial si había algo que Mara había ejercitado durante mucho tiempo y en casi todas sus materias era tomar limite a una función. Es un concepto matemático fácil, existen distintos métodos para resolver problemas de límites, pero como todo en matemática, a la larga siempre es posible encontrarle un sentido al problema de limite y una forma racional de resolverlo. Para Mara que era pura emoción y sentimientos la simplicidad y racionalidad de los conceptos matemáticos le parecía lo mas sencillo del mundo. Para ella que estaba tan acostumbrada a ser un lió de confusiones, para ella que no sabia por donde empezar a resolver su vida. El hecho de que un problema venga ya bien planteado y solo haya que seguir ciertas estrategias para resolverlo le parecía fantástico. Esa simplicidad es lo que Mara mas anhelaba en la vida. ¿Por qué seria que el concepto de limite era tan fácil de aplicar sobre el cuaderno, pero tan difícil de aplicar en la vida?
A todos lados donde Mara miraba encontraba limites o la falta de ellos. ¿Será que de tanto estudiarlos ahora es lo único en lo que podía pensar o será que la vida real, aquella que no transcurre en las hojas de un cuaderno cuadriculado, está llena de ellos?
Hace ya unos años que Mara había recibido una carta de puño y letra de un amigo no tan cercano por motivo de su cumpleaños. Si, de puño y letra en pleno siglo veintiuno. Ella lo había invitado como quien invita a un simple conocido con el que habla ocasionalmente, si bien el no se puedo presentar al festejo se encargo de mandarle una carta uno días después. El contenido de la carta la dejo sorprendida porque claramente sobrepasaba el limite de la confianza que ella creía que tenían, nunca se había esperado recibir esas palabras de alguien que apenas conocía. Sin embargo, fue una grata sorpresa que hasta el día de hoy no puede olvidar. La carta era concisa, pero a su vez muy encantadora. Además de desearle los mejores deseos en su día especial, su amigo o mejor dicho conocido había aprovechado para decirle a Mara algunas cualidades de ella que a él le parecían remarcables. Mara se quedo sorprendida con las observaciones que había hecho su amigo de ella porque nunca creyó que le había prestado atención y que mucho menos se tomara la dedicación de escribirle una carta. Muy pocas veces en su vida Mara había recibido una carta con tan lindas palabras como aquella, es mas nunca pudo lograr que ninguno de sus enamorados o parejas le escribiera algo lindo y así sin mas este amigo, sin pedirlo y muy probablemente sin el saberlo le hizo uno de los mejores regalos que recibió esa noche. Si bien Mara se sabia casi toda la carta de memoria había una parte que hasta el día de hoy resonaba en alguna parte de su cabeza. Su amigo decía "si bien creo firmemente que uno mismo se conoce mejor que nadie y que estamos algo encerrados y limitados por lo que podemos compartir creo que me pude dar una buena idea de cómo sos en verdad...". La primera vez que leyó la carta esta frase no llamo su atención, pero una vez que la noto no pudo dejar de pensar en ella. ¿Sera verdad que el primer limite al que nos enfrentamos en el mundo es el que nosotros mismos imponemos? ¿Era verdad que al final del día nunca podemos conocer a alguien al cien por ciento?
Mara nunca supo mas nada de su amigo, de hecho, lo volvió a ver pocas veces después de esta ocasión, pero su comentario siempre le quedo grabado. Después de mucho pensarlo ella había llegado a la conclusión de que su amigo tenía razón. El primer limite al que nos enfrentamos es el que nosotros mismos nos imponemos y a su vez le imponemos a los demás. Todo el tiempo estamos limitándonos casi inconscientemente. En el caso de Mara esto era particularmente verdad, los limites mas grandes a los que se enfrentaba son a los que ella misma se imponía. "No, vos no podes modelar" "No, no podes besar a este chico en la primer salida porque vos no sos a si" "No, no hables a nadie le importa lo que vos tengas para decir". Estos y muchos pensamientos más la atormentaban constantemente limitándola, impidiendo que persiga sus sueños de estar sobre una pasarela o de hacer cosas que verdaderamente tenia ganas de hacer. El problema de estos limites es que solucionarlos era mucho más difícil que hacer un ejercicio de matemática.
Como si esto no fuera suficiente no son los únicos límites a los que Mara se enfrentaba. ¿Acaso no hay limites que tenemos que seguir impuestos por la sociedad? "Las mujeres no estudian carreras como ingeniería" "No comas eso, tenes que estar flaca" "No hables, calladita te vez más bonita". Pero pensándolo bien ¿no es la ausencia de limites tan grave como la presencia de ellos? Mara de esto también conocía mucho ya que toda su vida le costó imponer límites, simplemente no sabía decir que no o quizás si sabia pero no se animaba a hacerlo. Mara no podía imponerle límites a nadie, ni a como su familia la trataba, ni a sus amigas y mucho menos a su novio. El problema de la ausencia de limites es que la gente empieza a creer que siempre tenes que estar ahí para ellos, que tus necesidades no importan y que pueden hacer con vos lo que quieran y como quieran. Aun peor se ve la falta de limites al salir a la calle y escuchar que alguien te grita algo desagradable mientras caminas o que incluso tiene las agallas para tocarte en un boliche sin tu permiso.
Mara escucha a alguien decir su nombre y esto la sobresalta de sus pensamientos, era su profesor de matemática avanzada leyendo las respectivas notas de los exámenes "Mara Bush 10" y por muy irónico que parezca a pesar de que en la vida tenía problema con los limites por todos lados y con la ausencia de ellos. A pesar de que todavía no había podido descifrar como resolverlos pareciera ser que resolverlos en papel se le da bastante bien.
ESTÁS LEYENDO
De amor y asíntotas
RomanceToda buena película tiene un buen avance. Tener un buen avance es casi condición necesaria para tener una buena película. En muchos casos el avance determinara si miraremos la película, aunque en muchos otros la miraremos igual, aunque el avance no...