Esta historia se remonta a en la primera guerra mundial.
¿Que pasará si en la actualidad un chico llegué a Sighisoara y encuentre una lapida con dos nombres en ella?
Buscando una respuesta se encontrará con coincidencias que jamás creyó que existie...
Cuando estaba enfrente de aquella habitación sentí una electricidad recorrer mi cuerpo, una emoción que recorría toda mi columna vertebral y por último término con un nerviosismo que me hizo querer aún más abrir la puerta, como si de tras de está se encontrará el mismo Emil Muler. Tome el pomo y lo gire lentamente, entro a la habitación, corro a la ventana y simuló ser Emil y emocionado saludo a dónde creo que Xaver pintaba aquellos cuadros. Luego de eso Dorothea me dirije a una puerta cerrada con llave, tras ella una habitación muy antigua con polvo, hay armarios, arcones y muebles distintos, la mujer se dirije a uno de los múltiples armarios abre uno y saca una maleta. - Si quieres puedes examinar el contenido - la empuñadura tenía las iniciales "EM" (Emil Muler).
¿Que encontraré dentro?,¿Sabré la verdad? O aún habrá cosas por resolver. La abro y dentro encuentro carpetas, papeles y un pequeño maletín y ¡Fotos! Montón de fotos, de tamaños, temas y épocas diferentes.
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Tranquilamente se encontraban unas doscientas o trescientas fotos, y lo mejor es que podía pasar horas examinándolas. La dama de edad avanzada me dijo:
-Puedes bajar cuando te hayas cansado puedes bajar a cenar al restaurante- dicho esto salio de la habitación.
Saque cuidadosamente las fotos y como puedo las ordeno, y así paso el resto de mi día en Transilvania en una habitación donde solo se escuchaba el pasar de la fotos y la pesades de mi suspiros al ver fotografías de personajes incógnitos que no me resolvían las dudas sobre aquella tumba, pero empeñado en en contar una historia de amor que tal nunca existió; esa noche se me dificulto conciliar el sueño el sueño.
Solo me mantenía acostado mirando el techo y preguntándome ¿Cuantas veces Emil Muler hizo lo mismo?, pintar esa misma ventana esperando señales de su "amado". ¿Tanto necesitaba creer en el amor?.
La cuenta regresiva comenzaba esa mañana, no podía darme el lujo de quedarme tanto tiempo en Sighisoara, necesito resolverlo o me tendré que ir sin respuestas, sin mas sigo viendo las fotos; me encuentro con la primera foto es un gran pelotón del ejercito del ejercito Austrohungaro: un grupo de jóvenes soldados posando orgullosos con sus uniformes impecables.
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Y entre ellos , con su habitual cara de: "en valla jardín me he metido", reconozco a Emil Muler. Me pregunto si Xaver también esta allí. Hasta que una foto llama mi atención poderosamente y es una fotografia de Xaver Sumer en 1914.
Por fin logro poner ambos retratos frente a frente, y atraves del espacio-tiempo me parece ver en sus miradas una suplica común: "Cuenta nuestra historia o jamas existiremos".
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