67 - EL CLON

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Minidrogo

Cris, Cris. ¿Me escuchas? Por favor, dime algo.

Agacho la cabeza abatido. Algo horrible ha debido suceder porque se ha perdido la conexión del espejo. No logro explicarme cómo ha podido ser. La magia de éste es muy fuerte, tanto que nos permite conectar incluso con tierra de nadie. 

Igual se le ha caído a Cris y se ha roto. De ser así... ¡Mierda! Ya no hay manera de conectar con ellos.

—¿Ocurre algo, Drogo? —pregunta Max preocupado.

—Sí. He perdido la conexión del espejo —reconozco con tristeza.

—Pero... ¡Eso es horrible! ¿Cómo vamos a recuperar a Ángela ahora? Tienes que hacer algo, lo que sea, pero tráela ahora mismo. Jamás me lo perdonaría si algo le sucediera.

De repente se escucha un gruñido y un portazo. Miro a todas partes y me doy cuenta de que Lorie no está en la habitación. Eso me preocupa, y más conociendo el motivo.

—¿Qué mosca le habrá picado ahora? —pregunta Max tan tranquilo.

Yo le observo alucinado. ¿En serio es tan tonto que no se da cuenta de lo que está pasando?

—¡Pero de qué vas, tío! —le increpo molesto. 

Él me mira intrigado, lo que me indica que no andaba equivocado. Es tonto perdido.

—¿Que de qué voy? Yo no he hecho nada. 

—¿Que no has hecho nada? ¿Es que no te das cuenta? Lorie está molesta porque sólo te preocupas por Ángela.

Él abre los ojos como platos, como si le costara asumir la realidad.

—¿Es por eso? ¡Menuda tontería! Lorie sabe que soy su espíritu guardián. Además, con quien estoy es con ella.

Me llevo la mano a la cabeza desesperado. Está claro que no se entera de la misa la media.

—Escucha idiota —digo señalándole con el dedo —. Ahora mismo vas a ir a buscarle y vas a arreglar las cosas con ella. Y no me vengas con excusas. Te recuerdo que Lorie es mi hija y como le hagas daño...

Mi amenaza parece surtir efecto, porque agacha la cabeza derrotado.

—Vale. Vale. Iré a hablar con ella. Pero tiene que entender...

—Tienes que demostrarle que te importa, imbécil —le corto completamente serio.

Abre la boca como para responder, pero enseguida la cierra y, sin decir nada, sale de la habitación. En cuanto la abandona, escucho unos aplausos y me vuelvo asustado para darme cuenta de que proceden de Alex, Paul, Julia y Laura. ¡Ni me había dado cuenta de que estaban aquí!

De repente, las dos chicas corren hacia mí y me abrazan.

—¿Pero cómo puedes ser tan maravilloso? —dice Julia achuchándome.

—Es cierto. Nadie que no fuera uno de sus padres había logrado poner a Max en su lugar hasta ahora —comenta Laura —. Eres increíble, Drogo. Y te estamos muy agradecidas.

—Es cierto —confirma Julia —. Y si tú quieres... Podemos hacerte un favor.

Abro los ojos como platos. ¿En serio? ¿Se me están insinuando? ¡Menuda oportunidad!

—¿Me dejaríais tocaros las tetas? —pregunto aún asombrado.

—Las tetas y lo que quieras —responde Laura con voz sugerente.

Estoy que no me lo creo. Tengo junto a mí a dos chicas guapísimas que me ofrecen hacerles lo que yo quiera, pero... No es el momento. Tengo que pensar en mi familia. Ahora, más que nunca, me necesitan.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora