Saúl estaba en la caminadora y escuchando música, pero un pensamiento le hizo perder la concentración, era la imagen del suculento paquetote de su primo. No podía evitarlo. Pensaba en el tamaño, el color y el penetrante aroma que de seguro tendría.
Miró de reojo a Yeisson y este estaba haciendo pierna. No se dio cuenta de que alguien lo estaba desnudando con la mirada mientras se miraba en el espejo cada vez que hacia un esfuerzo físico, y emitía gemidos que ponían caliente a Saúl.
Tal vez gemía así cuando coshaba con su novia, tal vez también sudaba así, y hacia las mismas muecas por el esfuerzo, cada vez que la embestía y...
Saúl sintió una incomodidad en la entrepierna, no quería que todos los del gimnasio lo notaran, así que se detuvo y tomó un descanso en el lugar más cercano que encontró para sentarse. Intentaba disimular al monstruo que le crecía entre las piernas.
Se sintió muy apenado esa vez. No debía fijarse en su primo. Además, él también tenía un cuerpo envidiable.
Miró dirección hacia el espejo para apreciar su cuerpo. Era de piel mucho más clara, y su cara de niño traía a todas las chicas a sus pies. Pero a Saúl le gustaban más bien, los muñecotes, sobre todo si venían tan bien dotados como...
Regresó la mirada hacia su primo, pero por acto reflejo bajó la mirada para fingir que se le había caído algo al suelo. Pero no funcionó, su primo le había descubierto, le sonrió y su mano fue directamente a su paquete, apretó con fuerza hasta dejar ver la silueta de algo muy grande.
Saúl intentó seguirle el juego pero tenía mucho miedo de que alguien descubriera lo que estaban haciendo. Se levantó y como pudo, volvió a la caminadora. Pero de pronto alguien tomó su mano y le obligó a apretar algo muy blando pero firme. Yeisson lo había obligado a tocar su miembro, aunque sea por unos segundos.
—Te gustó. No te hagas —dijo Yeisson mientras miraba fijamente a su primo, que intentaba disimular ante las miradas de los demás clientes del gimnasio.
—¡Hazlo otra vez y te parto la madre, cabron! —Saúl intentaba sonar rudo para rescatar algo de su dignidad frente a los weyes mirones—. ¡No mames... wey! ¡Tengo novia! —. Y se alejó con Yeisson pisándole los talones.

ESTÁS LEYENDO
Las Consecuencias Del Gimnasio | NoNosCortes | YAOI Yeisaúl
FanfictionEl gimnasio trae mucho mas que buena salud y un cuerpo envidiable, también atrae miradas y elogios, incluso adoración. Pero estos primos llegan hasta limites insospechados, no es mutua adoración, es lujuria en su máximo esplendor. Bienvenid@ amante...