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In the darkness, just the two of us is enough

In the darkness, just the two of us is enough

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『🏯』

La isla de Jeju era conocida por dos leyendas que surcaban el océano Pacífico, y que atraían a todo tipo de personas al lugar. La primera era la del maravilloso laberinto inexpugnable que servía como muralla del palacio. Decían los mercaderes nativos que el rey YeoSang y el creador desconocido del laberinto eran los únicos mortales que conocían cómo salir de él. La otra leyenda era la del secreto que escondía el susodicho laberinto, uno tan relevante que necesitó la creación de una construcción imposible para ser ocultado. Ningún ser en la faz de la tierra conocía lo que ocultaba el enredo de ladrillos; solamente se sabía que era algo lo suficientemente valioso como para que el rey YeoSang pidiera construir una obra tan maravillosa para contenerlo.

Tras escuchar la vieja historia de boca del mercader de ánforas, que había finalizado de forma decepcionante, la pequeña tripulación de TaeHyung se retiró de la mesa de la taberna, a excepción de su capitán. El joven siempre se había sentido atraído por las aventuras, más aún si esta involucraba un reto a su intelecto. Era devoto a Atenea, diosa de la sabiduría, y sentía la necesidad de demostrarle en todo momento que era alguien digno como súbdito. Por ello, TaeHyung declaró a su tripulación que se dirigirían a Jeju en cuanto pisaron de nuevo el barco. La mayoría gruñó, acostumbrados ya a los impulsos del joven, pero enseguida levaron el ancla y se dirigieron a sus posiciones. El único motivo que les hacía permanecer allí era el dinero que recibían del capitán, y la estima que le tenían debido al tiempo que habían pasado con él. Muchos de los tripulantes hablaban de que TaeHyung tenía el don de caer en gracia, algo que además sabía aprovechar. Siempre había pensado que cualquier don que le ofreciera Atenea era por algo.

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El puerto de la isla, como ya le había advertido el mercader, se encontraba atestado de naves. El rey YeoSang aceptaba con diversión alojar a cualquier valiente que deseara entrar en las entrañas de sus murallas, a sabiendas de que jamás saldrían y él, a cambio de su hospitalidad, tomaría sus pertenencias. Era un modo de adquirir riquezas algo estrafalario para la época, pero que al rey le funcionaba mejor de lo que podría parecer. Entre eso y la fama de sus ánforas, su reino se había convertido en pocos años en uno de los más poderosos de la zona, y sin necesidad de derramar sangre.

Aunque el laberinto servía de muralla, había formas más sencillas de entrar en el palacio. El rey había construido túneles subterráneos para evitar su propia creación. Si el enemigo decidía atacar, tenían preparados tanques de agua marina para bloquearlos. No era un invento práctico, pero el rey continuaba enriqueciéndose con este método, así que no parecía importunarle.

TaeHyung ya había decidido durante el viaje su primer objetivo: iba interrogar a los esclavos que servían en el palacio en busca de información. Tal vez podría ganarse la amistad de alguno y, a partir de ahí, tratar de sonsacar algo. Empero, pronto descubrió que todos tenían la lengua amputada por orden del rey; así ninguno diría nada acerca del laberinto. Por mucho que trató de sobornar al servicio, ninguno le ofreció más allá que una mirada de soslayo. Estuvo casi un mes siguiendo el mismo método mientras su tripulación y algún camarada con su mismo objetivo hacían mofas a su costa.

love maze - taejin osDonde viven las historias. Descúbrelo ahora