Capitulo 13

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Saúl estaba recostado sobre su playera y tenía el torso desnudo, los pezones hinchados y rojos.

—¿Qué pasó? —preguntó Saúl al ver que Yeisson se perdía otra vez—. Si vas a seguir así, mejor...

—No. Es que... —Yeisson le plantó otro beso antes de continuar—. Nunca creí que esto...

Saúl le tomó la mano y lo guió a través de una travesía por su piel. El dedo moreno recorrió los labios primero, haciendo una ligera presión y Saúl se lo chupó. Luego pasaron por su cuello lleno de chupetes. Llegaron a los pezones y Saúl reaccionó, porque ya los tenía muy sensibles de tantos chupetones. Pero aun así, quería más:

—Dame más —le decía mientras se retorcía y suplicaba—. Necesito que me hagas cositas.

—Ya sé —Yeisson rápidamente buscó por todo el carro mientras Saúl le observaba y esperaba con toda la paciencia del universo, no quería parecer un desesperado. Hasta que por fin Yeisson encontró lo que andaba buscando—. Sonríe para papi —le dijo mientras le tomaba una foto con su teléfono.

—Me hubieras dicho —se quejó Saúl—, tú no quieres que te tome fotos, pero tú a mí sí.

—Dijiste que ibas a obedecer todo.

—Si pero...

—Además, mira, saliste muy sexy —le dijo Yeisson mientras le mostraba la foto, era verdad. Saúl se miró y comparó la foto con aquellos modelos porno. Sin duda se haría rico si se abriera un onlyfans.

—Pero lo borras luego, ¿va? —le pidió a su hombre, pero este no pareció escuchar y solo asentía con la cabeza mientras le tomaba más fotos. Saúl también lo estaba disfrutando mucho, se sentía como una estrella porno, posando para venderse al mejor macho. Se llevó las manos detrás de la nuca y Yeisson le tomaba las fotos compulsivamente. Se puso de lado y levantó el culo. Otra foto. Chupándose un dedo. Otra foto. Con la mano de Yeisson sobre su pecho. Otra foto.

Y así se pasaron un buen rato, con Yeisson elogiándolo cada vez que conseguía una nueva pose, mientras se masajeaba el paquete que parecía estar a punto de reventar.

Saúl se incorporó con la intensión de agarrar el teléfono de las manos de Yeisson, pero no lo logró. Se quedaron mirándose. Saúl estaba muy serio:

—Yeisson... bórralo, ¿para que las quieres?

—¿Para qué? —el tono de Yeisson sonaba irónico, era obvio que las quería para jalársela

—Pero podemos estar juntos cada vez que queramos, no es necesario que nos arriesguemos a que nos descubran, tú mismo lo dijiste ¿no? —dijo Saúl intentando una vez más arrebatarle el celular pero fue en vano, no podía hacer nada. Se había resignado.


Las Consecuencias Del Gimnasio | NoNosCortes | YAOI YeisaúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora