23. Problemas a la vista.

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[Javier]

Me paralicé al escuchar a Jennifer hacer esa pregunta. ¿Qué le diría? Si le contaba que era mi ex y que quería hablar conmigo comenzaríamos a tener problemas, y yo no quería eso. Sin embargo si le digo todo ahora me sacaré un peso de encima y dejaré de sentir que le estoy ocultando algo a mi novia. Solté un suspiro, me arme de valor y me voltee, Jennifer estaba mirando hacia la cocina con una gran sonrisa. Escucho la voz de mi hermano decir algo, pero no logro entender qué.

—   Ya veo… ¿Así que ella resultó ser tu amiga de la infancia? —preguntó ella, supuse que mi hermano le asintió con la cabeza pues no escuché una respuesta— Mira tú, que pequeño es el mundo —en ese momento sus ojos se encontraron con los míos. Me miró con mucha curiosidad— ¿Estás bien Javier? Te ves pálido.

—   ¿Qué? ¡Ah! S-S-Sí. Estoy de maravilla —me acerqué torpemente a ella y la besé en la frente— Hace bastante frío afuera.

Sentí como el alma me volvió al cuerpo, esa pregunta no había sido para mí. De todas formas tengo claro que en algún momento deberé tocar este tema con Jennifer, aunque se desate la tercera guerra mundial y ella acabe por tirarme desde una ventana encontrada en algún octavo piso.

Cenamos todos juntos, risas iban y venían. Mi hermana estaba maravillada con la presencia de Jennifer, y ella se veía que lo estaba disfrutando también. Fue un grato momento familiar el cual estuve siempre ansioso por compartir a su lado. Luego de lavar los platos y ordenar, nos sentamos todos en el living para mirar la televisión y comentar acerca de los programas que iban dando. Jennifer estaba sentada en una esquina y yo me había acostado apoyando la cabeza en sus piernas.

Luego de unas horas decidimos ir a nuestra habitación. Puse música de Sum 41 y ambos nos sentamos en la cama apoyando la espalda a la pared. Yo comencé a dibujar algo mientras Jennifer estaba en su celular.

—   ¿Estás bien? —preguntó de repente— Has estado muy distraído.

—   Estoy bien —murmuré.

Mis ojos se encontraron con los de ella, de cierta forma sabía que no me estaba creyendo, pero se limitó a asentir. Iba a seguir con mi dibujo cuando comienza a sonar With Me. De pronto tuve una idea y dejé mi croquera a un lado y me levanté de la cama, tomando el brazo de Jennifer y tirándola hacia mí, obligándola a levantarse.

—   ¿Qué ocurre? —preguntó confusa.

Esbocé una sonrisa, la acerqué a mí y con una mano la tomé firmemente por la cintura, mientras con la otra entrelazaba mis dedos junto a los suyos. Mi voz no era una maravilla, pero tampoco es que los vidrios se quebraran cada vez que cantara, por lo que le comencé a cantar la primera estrofa de la canción, provocando una gran sonrisa en su rostro. No sé cómo nos ideamos el bailar una canción que a mi parecer es tan poco bailable, más aún cuando yo soy un pésimo bailarín, pero así acabó. Bailábamos mientras ambos cantábamos el coro mirándonos a los ojos.

“I want you to know,
With everything I won't let this go.
These words are my heart and soul.
I'll hold on to this moment, you know,
As I bleed my heart out to show,
And I won't let go.”

Finalmente la canción acabó, pero nosotros no despegábamos la vista del otro. Estos eran los momentos en los cuales deseaba que el tiempo se detuviera. Tomé suavemente su rostro con ambas manos y acaricie sus mejillas con mis pulgares, viendo como ella cerraba los ojos lentamente. ¿Cómo pasó que llegó a gustarme tanto esta chica? El solo hecho de recordar cómo éramos antes me hacía creer que todo era un sueño. Ella es quien ha espantado a todos mis demonios y me ha dado una oportunidad de ser feliz. Cómo no quererla de la manera en que lo hago.

Los polos opuestos... ¿Se atraen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora