Trenzar en los cabellos días de sol,
Y poder, los grises sueños colorear,
Cultivar de cebada, su fértil campo,
Entre sus buenas fragancias y aromas
Sin pausa revolcarse, embriagarse.
Querer ser palabras mudas en su mente,
Ser de sus cortas frases la fonética
Hablar contigo y a su vez pensarte,
Es como ser, del niño, alegría.
Una compañía en los cataclismos.
Ser la suave cabecera de su cama,
Estrechar y guardar sus grandes secretos
Ser el delineador negro en sus pestañas,
Y Poder ver lo que ven tus lindos ojos,
Contemplar en ellos estrellas fugaces.
Los colores indecisos de su iris,
Ser la sequía en el gran yacimiento,
Que, entre las grandes y pequeñas crisis
De triste agobio y extenso dolor
Deja caer del hondo plañir esquirlas.
Los metales hermosos en sus pendientes
poder oír, escuchar sus pensamientos
Llenar, las líneas de bermellones
Aunque sea frío el lugar de sus labios,
Descubrir el carantaño que se esconde.
Ese rojo intenso en el preludio,
De aquel rosado de su dulce boca.
Grande, colorido, dulce algodón
Para la simplicidad de su garganta.
Derretirse en su paladar un instante.
Un colgajo de pocas piedras preciosas,
Y estar refugiado entre sus pechos.
En su pecho, ardiente volcán en llama,
Para consumir con ansia tus deseos.
Constelaciones en su piel de lunares.
Como los fuertes huracanes o sismos:
Con friolentas y grandes granizadas,
Gigantes desenfrenados torbellinos.
Como a cuál fuerte temblor a la tierra,
Instalarse en su apolínea piel.
Querer ser en sus manos una pulsera,
Y poder sentirte en todo momento.
Beber de su dulce piel y flotar
En la linda coyuntura de sus manos,
Entre las hermosas curvas de su dermis.
Sus manos artistas que pinta en el lienzo;
Desde regordetes y blancos pulgares,
Y de sus preciadas obras ser testigo.
Ser aquellas huellas, de sus descalzos pies
Para ser el recuerdo a donde vayas.
Dar aposento al sunami de caricias,
En lo liso, diminutivo del cuerpo.
Puro fuego de momentos en sus venas.
Querer ser cada puntada en su blusón,
Y contemplar su desnudo desde allí.
Querer ser el agua con la que te bañas,
Y descubrirla en todas sus grandes cumbres,
Dimensión y magnitud de físico.
Aunque después, deje de ser importante
Gota de agua, y en su piel diluir.
D. Alexander M. G.
ESTÁS LEYENDO
Fugaz instante (timón del momento)
PoésiePoemas que han nacido pequeños y delgados, entre frías y cruzadas banquetas, de un parque de hojas secas, en presencia de las huellas de la lluvia, el paso tranquilo de la noche, entre cuchillas y garganta. Otros por cargar a sus hombros la prisa, d...