2: Tyner Verol

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Keyla

Años atrás...

Amo con locura las carreras, atraen a la adrenalina sin dudar, aunque este ya es otro nivel. Puedo ver el fuego, los disparos, la velocidad. No hay ni una regla en las carreras ilegales y yo estoy en primera fila. Tengo harta emoción, y el piloto que más me gusta es Tyner Verol. Va solo con una moto, esquivando todo, con una destreza apabullante. Definitivamente es tan sexy que es un moja bragas, él es perfecto. Aunque debería calmar mis hormonas, ya no soy una adolescente, tengo diecinueve años, hace poco dejé esa etapa. Aunque hay que admitir que la calentura no se controla a ninguna edad.

Cuando la carrera termina, mis amigas y yo nos acercamos a los corredores. Muerdo mi labio inferior cuando estoy tan cerca de Tyner. Sin embargo una de mis "amiguitas", Lucy, termina adelantándosele y es quien habla con él. Si sabe que me gusta, ¿por qué mierda se va tras él? Es una maldita.

―Quita esa cara ―me dicen Susan y la miro ―. Ganamos bastante, apostaste a Tyner y nos llevamos uno de los grandes.

Sonrío.

―Es que es el mejor, obvio que ganaría. Aunque si quieres quedarte con el premio, a mí no me importa ―Me carcajeo.

―¡Para, niña rica! ―Me golpea en el hombro mientras se ríe conmigo.

―Eres mi mejor amiga ―La agarro del brazo ―. Te quiero.

―Y yo a ti.

―¡¡Chicas, chicas!! ―Corre Lucy hasta nosotras ―¡¡Adivinen quién pasará una noche llena de fuego!!

La miro mal.

―No quiero saber ―le aclaro.

―Hola ¿Vinieron a ver la carrera? ―Se acerca Tyner y me muerdo el labio.

―¡¡Sí!! ―chilla Lucy ―Te las presento, ellas son Keyla y Susan.

Cada vez la detesto más.

―Keyla apostó por ti ―acota Susan y abro los ojos en grande ―. Dijo que eras el único que podía ganar.

―Vaya, Keyla, muchas gracias ―Él me observa con esos ojos que hipnotizan.

¡Me voy a desmayar!

―No hay de qué ―Sonrío con confianza ―. Sé que eres el mejor.

―Recordaré eso ―Nos quedamos mirándonos fijamente hasta que la insoportable de Lucy le agarra el brazo ―. Oh sí, vamos ―Le sonríe, aunque acto seguido saca una tarjeta y me la da ―. Me gustaría seguir charlando contigo.

―Sí, charlar ―me susurra con sarcasmo Susan y le pego un codazo, entonces ella se ríe ―. Qué mala.

―Me encantaría ―Le acepto la tarjeta al macho de mis sueños.

Lucy me observa de mala manera, pero su sonrisa le regresa cuando se va con él, y yo me frustro más y más.

―Olvídala, Lucy es cosa de una noche ―me anima Susan ―. Tú lo atraparas en tus garras, conozco lo manipuladora que eres ―se burla y me río.

―Eres un monstruo.

―No, tú lo eres.

Nos vamos riéndonos y bromeando, pensando en todo lo que podríamos hacer, conociendo a Tyner Verol. Lo malo es que los días pasan y no encuentro su número. Maldita sea, perdí la tarjeta. No lo puedo creer, quiero matarme, pegarme un tiro directo en la sien. Seguro ya ni se acuerda de mi nombre, me voy a morir de la frustración.

Perversa Oscuridad: ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora