ADDICTED [Showki]

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Caminamos alrededor de tres manzanas antes de poder tener una idea de a dónde íbamos a llegar y aunque tuviese la mente en blanco por lo que estaba a punto de presenciar y aun quisiese negarme a continuar en ello, no podía negar que aun sentía una leve curiosidad por saber cómo había montado su espectáculo.

Me sorprendió que fuese muy lejos de donde suele esperar a sus clientes, nunca había ocupado algún motel cercano a aquella esquina, ni ningún club o local de prostitución de rápida entrada a los que otras personas recurren con frecuencia... seguramente para que fuese complicado que alguien le siguiese el rastro y, pensando en ello, ¿cómo era posible que nadie conociese su secreto o nadie lo hubiese visto desde lejos como para sospechar? ¿Acaso ningún trabajador había llegado a estos suburbios a buscar con quien coger? Me siento decepcionado de mi gente...

Realmente no creo posible que solamente me ocurriera esto a mí, a alguien tuvo que haber sobornado o extorsionado para que también guardara el secreto antes; rápidamente llegué a la conclusión de que no debía ser el primero en estar en esta situación y viéndolo andar con decisión, tomando caminos entre cuadras y algunos callejones abandonados, pero sin alejarnos mucho de la avenida; tal vez para despistar y confundir algunas miradas, comprendí que esto solo era su "trabajo" y me burlé de mí mismo en silencio, ¿cuantos teatros habría montado para otras personas? y ¿de qué maneras habría sorprendido a sus otros clientes?...

Esos pensamientos me irritaron, pero no como para alejarme o sentir repudio hacía él, estaba molesto conmigo mismo y de hecho, no debería sentirme de esta forma, acostarme con un prostituto es lo que estoy a punto de hacer y en cuanto vea que no puedo tener una erección esto terminará rápido; aunque eso llevo diciendo desde hace una semana, pero viendo cómo van las cosas, no me parece posible un final tan sencillo.

Poco antes de detenernos Kihyun bajó la velocidad de su andar y comenzó a ver los locales a nuestro alrededor ¿nos habíamos perdido? Pensé.

Su mano soltó la mía cuando finalmente se detuvo y comenzó a ver hacia arriba una hermosa edificación que también me detuve a admirar intercambiando la vista hacía Kihyun y hacía el edificio, definitivamente era un hermoso lugar como para coger con un puto y seguramente muy caro como para gastar tanto en el por una noche.

Descarté la idea de que fuese el lugar y busqué sin logro otro lugar cercano que fuese más apto para lo que creía que íbamos a hacer. Miré sorprendido a Kihyun al no ver nada más que ese esplendido lugar; elegante y acogedor en medio de la ciudad. De sus ojos se desprendía todo el brillo reflejado del edificio y su cara pintaba una expresión orgullosa.

Lo vi entrar y lo seguí de cerca. A la recepcionista del lugar, que además era una mujer que levantaba toda una apariencia elegante, le dio una credencial, la cual esta mujer conservó y le entregó a cambio una llave, para finalmente dirigirnos al ascensor.

Entonces me encontraba atento a todos sus actos, pero eso no me preparó para verlo de frente de la manera en la que se paró y me enfrentó luego de que las puertas se cerraron.

Kihyun subió su cabeza y el espacio personal entre él y yo lo cortó en dos; entrando en mi zona. Sentí su presencia tan cerca de mí que me fue perceptible su aroma, reconocí el perfume de inmediato y por un momento fue tan intenso el olor que me di cuenta que hasta entonces lo había estado ignorando para no atormentarme y mantenerme decidido a lo que iba, pero ahora sí lo había notado y entonces titubeé y dudé en todo lo que respecta a mi existencia, mientras que todo esto ocurría en cuestión de segundos.

—Es tuya... — dijo en voz baja, siendo lo suficientemente perceptible en ese acercamiento en el cual lo escuché como un perfecto grito, mientras él sonreía socarronamente entregándome la llave. Sus ojos me miraron desde debajo de una manera diferente a como siempre lo hacía, en ese momento él detalló mi cara y no pude evitar hacer lo mismo con él al comenzar a notar su presencia tan fuerte como nunca.