Epílogo.

230 24 0
                                    

Cinco años después.

Narra Bia.

Finalmente había terminado la universidad, volvería a mi otro hogar, a ver a mis amigos, mi familia y al él.

Todo este tiempo estuvimos en contacto, tanto Manuel y yo, como mi familia y amigos.

Me sentía muy emocionada y finalmente feliz de volver.

Cinco años.. quien diría que el tiempo pasará tan rápido. Aún recuerdo aquel día en el aeropuerto, cuando lo vi detrás de mi y nos abrazamos para luego ponernos sentimental.

Sonreí ante aquel recuerdo.

Ya no tendría que haber más despedidas, ni manipulaciones por nuestros padres/madre quienes eran la primera causa de nuestra separación temporal.

Dibujaba las nubes que aparecían por la ventanilla del avión, en mi libreta que aún conservaba. Los años pasaban y mi gusto por dibujar y pintar seguían intactos.

Al aterrizar el avión me tome un poco de tiempo para procesar que estaba de vuelta. Respire hondo y arrastre mi maleta por el suelo hasta salir del pasillo. Ahí, vi alrededor esperando ver caras conocidas.

Pero no las había.

Salí de donde familiares recibían a sus parientes y camine hasta llegar a unos asientos. Me senté ahí y esperé.

«¿donde están?», textee a mis padres, quienes no casi al instante respondieron.

«Estamos afuera, sal».

Recogí mi equipaje y salí con ayuda de un guardia quien se ofreció a llevar mis maletas.

No todas, pero si algunas.

Salí recibiendo todo el aire de la ciudad y sonreí de por fin estar aquí.

Miré hacia un lado y no había nadie, miré hacia a el otro y mi rostro se iluminó al ver a mi familia.

De hecho, olvidaba mencionar, Helena había regresado antes que yo para arreglar mi habitación, eso lo consideré bueno de ella. Ahora todos estábamos aquí.

Corrí emocionada a abrazarlos, fue un abrazo muy emocional.

—Nos alegramos de que estes aquí, hija —hablo papá.

—Estamos muy agradecidos que hayas llegado bien —mamá me volvió a abrazar y lo acepté con gusto.

—¿Y yo maninha? —sonreí y fue hacia ella a abrazarla.

Luego miré hacia detrás de ellos, y mi emoción era aún más.

Eran Chiara, Celeste y los chicos del Fundom.

—Oh por Dios —corrí y casi que literal me lance a ellos para abrazarlos— No puedo creer que hayan venido, creo que voy a llorar.

—¿Llorar tu? Nosotros que tuvimos que pasar todo este tiempo sin ti.

Reí y hablamos de algunas cosillas.

Do you still love me? [binuel] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora