One Shots de Remus Lupin

22|Un mal día

Titulo: Un mal día

Autor/ra: anxieteyu

Había tenido un mal día.

No tenía idea de si su prueba de transfiguración salió bien o no, a pesar de haber estudiado mucho. se sentía tan cansado que cada una de sus extremidades parecía más pesada de lo habitual. Tal vez si Sirius no hubiera roncado en toda la noche, habría dormido mejor. Lo que tal vez hubiera ayudado para su examen.

Había pasado por su descanso de dos horas, y su día había sido uno de esos durante los cuales no parecía haber una pausa real, incluso durante el almuerzo. Incluso una vez que terminó la clase, tenía un montón de tareas esperándolo, y aunque le encantaba aprender, no podía recordar la última vez que se detuvo para respirar y relajarse un poco. 

Apenas te había visto porque tus horarios realmente no coincidían en este día y, para colmo, estaba nervioso porque la luna llena seria en tres días. 

Mientras caminaba de regreso a los dormitorios de Gryffindor, sintió la molestia en su paso, incluso el silencio del corredor no era suficiente para apaciguarlo. Una vez que llegó a la Dama Gorda, quedó estupefacto; nunca antes había olvidado la contraseña. Eso fue algo que le sucedía a James o Sirius, pero no a él. Intentó convencer al retrato para que lo dejara entrar, porque seguramente ella lo reconoció de sus seis años sangrientos en este lugar, pero no se movió. 

Iba a darse por vencido y partir, cuando se abrió la entrada. Saliste con una mirada seria en tu rostro hasta que lo viste. Sintió que algo en su pecho se elevaba al ver la brillante sonrisa en tu rostro, tu sonrisa.

"Remus, te estaba buscando..." comenzaste, pero él no iba a dejarte terminar.

Se lanzó hacia adelante, dejando ir todo pensamiento, y agarró la parte posterior de su cabeza mientras lo empujaba a un beso, urgente, desesperado y necesitado. Su otro brazo se abrochó detrás de tu espalda para abrazarte más cuando sintió que algo de su estrés se desvanecía. Y luego, cuando el jadeo de un retrato lo trajo de vuelta a la Tierra, se apartó de repente, con los ojos muy abiertos al darse cuenta de cómo se había impuesto a ti.

El rojo que se había deslizado hasta tus mejillas a través del beso también lo hizo sonrojarse, al darse cuenta de que ustedes dos nunca se habían besado así . Las miradas y susurros de los retratos alrededor de ustedes dos tampoco ayudaron, lo admito. 

"No tienes idea de cuánto necesito estar contigo en este momento, amor", admitió con una risa avergonzada mientras se llevaba la mano a la nuca.

"Entonces soy toda tuya", respondiste con una sonrisa tímida, tu corazón aún mareado por el beso de Remus.

Respiró aliviado, porque algo en tus ojos le hizo saber que todo iba a estar bien, que lo peor del día había pasado entonces. En ese momento, podría haber jurado que tu presencia era todo lo que necesitaba.