Prólogo

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—¿Shindo? ¿Es en serio? —pregunta desconcertada.

—Sí...

—Mira, Yuu —suspira—, eres mi amigo y por eso te lo digo. Él no es tu tipo. No es el tipo de nadie, de hecho.

—¿Cómo puedes decir eso, Mitsu? ¿Acaso no te acuerdas de lo que hizo por tí? Saliste con él —dice bajito, no queriendo que alguien más que no sea la rubia lo escuche.

—Y porque salí con él te puedo asegurar que no te estás perdiendo de algo bueno. Él era muy sofocante, quería que estuviéramos juntos todo el tiempo y- Ahg —toma su rostro con sus manos y soba sus palmas con sus mejillas rápidamente—. Simplemente no.

—Vamos, Mitsu —y voltea para dar una mirada rápida a la mesa de al fondo, donde cierto oji-zafiro yace y casualmente cruza la mirada con él. Se sonroja un poquito y se endereza—. Ayúdame ¿Sí?

La cara de la rubia se suaviza, haciendo un leve puchero antes de tomar las manos del azabache.

—No quiero que salgas lastimado —confiesa.

Yuichiro amaga en decir algo pero Sangu se adelanta y habla.

—Para serte sincera ni siquiera sé si le gustan los chicos —dice suave, mirando atentamente la reacción del contrario.

—Igual quiero intentarlo —aprieta las manos de su contraria en un acto de determinación

A Mitsuba no le queda más que suspirar y apoyar a su amigo. Sabe que cuando algo se le mete en la cabeza no descansa hasta lograrlo...o fracasar en el intento, pero lo hace; y prefiere estar con él hasta que el imbécil de su ex rompa su corazón a que esté solo. Aunque no desecha la probabilidad de que su amigo sea correspondido, después de todo, ella nunca pensó en terminar con Mikaela y he aquí, haciendo como si nada hubiera pasado entre ellos.

—Está bien, Yuu, te ayudaré... —acepta mirando detrás del azabache, sus ojos morados chocando con los azules— pero te pido que no te entusiasmes mucho —vuelve a mirar al oji-esmeralda cuando el rubio se sonroja y a parta la mirada.

—¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias, Mitsu! —el menor se inclina en un intento de abrazar a la rubia, con una sonrisa en sus labios, olvidando la discreción por un momento.

Olvidando que estaban siendo observados.

Mitsuba ríe y luego intenta fingir seriedad al decirle que va a tirar los vasos y ensuciar su vestido nuevo. Yuu se separa, está contento.

Nadie dice algo por unos momentos.

—¿Cómo es tu relación con él? —ella rompe el silencio para nada incómodo. Quiere saber hasta qué punto están relacionados para partir de allí.

—Está en la mayoría de mis clases —responde aún con su sonrisa.

La mueca de su amiga debería ser un indicio de un "¿Y qué más?".

—¿Y...?

Pero tal vez es la felicidad por parte del menor lo que hace que no capte el mensaje y Mitsuba tiene que decirlo verbalmente.

—Mmh —la sonrisa de Yuu cae y hace un mohín al darse cuenta que el compartir clases no es de mucha ayuda—. Hemos hablado...un poco —el volumen de su voz decae y baja la cabeza a su vaso casi vacío.

—Ay, Yuu —suspira ya suponiendo la situación del muchacho—. No me digas que ni siquiera se hablan y sólo te gusta por su cara de muñeca de porcelana.

—¡No es eso! —niega de inmediatamente, su vista subiendo hasta los ojos contrarios para hacerle saber que no miente— A-admito que una de las cosas que me llamó la atención fue su físico pero... —suelta un suspiro— es su personalidad, su forma de ser...

—Ni siquiera lo conoces.

—Bueno —cruza sus brazos, y tal vez se está molestando ante la negativa actitud de la rubia—, te apuesto a que no nacieron juntos. Tú tampoco lo conocías y terminaron saliendo.

Mitsuba es mayor que Yuichiro, quizás por eso es más madura. No quiere que una conversación sobre él la haga pelear con su mejor amigo, aún si el azabache no sepa que lo es.

—Okay, Yuu, entiendo tu punto.

El menor sonríe traviésamente al serle concedida la razón.

—Bien. No se hablan, pero quieres salir con él —dice resumiendo lo hechos para sí misma—. No puedes acercarte como amigo si quieres ser algo más. Yo digo que le escribas cartas.

—¿Qué?

—Sí. Mira —se endereza en su asiento antes de hablar— Shindo es muy...

—¿Romántico?

—Cursi —corrige—. Las notitas, cartas, eso; es muy cliché pero le gusta. Hazlo y en lo que reúnes valor para entablar un conversión puedes ir conquistándolo de esa manera —finaliza y Yuu asiente rápidamente porque es una buena idea.

—¿Cómo qué le escribo?

—Ay, yo qué sé. Algo que suene bonito nomás —dice y ya ha dejado su postura erigida para desparramarse en la silla— ¡Ah! Pero ni vayas a sacarlo de internet.

—Okay, okay. Pensaré en algo —el menor tiene los ojos cerrados y se mueve de izquierda a derecha en su asiento, meciéndose infantilmente ante los pensamientos que su mente ya había desatado por el plan de Mitsuba.

—Ah, y Yuu... —ella para el movimiento del menor al tomarlo por los hombros.

Yuichiro abre los ojos y tiene el entrecejo fruncido por la intromisión, mas suaviza un poco el semblante por la seriedad de su amiga. Se siente un poco intimidado ante la mirada morada, hay que decirlo.

Ugh, odia cuando ella se pone así.

—Por favor, promete que no te ilusionarás con esto porque si no es como planeas, créeme que te vas a sentir decepcionado. Te conozco.

—Está bien, Mitsu —dice rodando lo ojos—. Lo prometo.

La rubia aprieta el agarre ante la falta de seriedad del azabache, haciendo que este suelte un leve chillido.

—Y prométeme que si se empieza a salir de control, me lo dirás y olvidarás todo esto.

—Okay, Mitsu. También lo prometo.

Pero el error de Mitsuba fue creerle.





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Estoy muuuuuuuy emocionada con esta fic ahhshsgs. En parte va a ser como un experimento.

Nótese que en mi anterior fanfic me encariñé con Mitsuba, ay. Así que quiero ver si me encariño con otro personaje en esta (un personaje que me llega a la inexistente en el manga).

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2020 ⏰

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Sin palabras [MikaYuu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora