Asistente personal •KOOKMIN•

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-¡Vamos Jimin! Llegaremos tarde, y hoy te tengo una sorpresa en la empresa -sonrió-

-¿Una sorpresa? ¿Qué es? -Preguntó curioso mientras se ponía el abrigo-

-Si te lo digo, no será una sorpresa... ¿No crees? -volvió a sonreír-

Ese día, habían planeado ir a la empresa caminando. Pero Jimin se había vuelto algo perezoso y le costaba bastante levantarse, incluso más que al pelinegro. Durante el viaje, Jimin se la pasó pidiéndole disculpas por su retraso y Jungkook riendo pues le parecía adorable como estaba avergonzado y sonrojado hasta las orejas. Sin duda, las risas del mayor no ayudaban a que el pobre Jimin se calmara.

Al llegar a la empresa, Jimin corrió como loco hacia el despacho de su jefe, casi ni se detuvo a saludar a Haneul. Esa chica sabía perfectamente la relación que tenían ambos. Pues si bien es cierto que eran profesionales, en ocasiones no podían evitar darse alguna que otra muestra de afecto. Solo era una mirada cómplice, una mirada furtiva cuando pensaban que el otro no les estaba prestando atención, esa sonrisa que no podían evitar al verse, algún roce de manos cuando Jimin le entregaba papeles a Jungkook. Todo eso no pasó desapercibido por la chica. Ella no quería preguntarle directamente a su jefe, ya que era un tema bastante complicado, sumando el hecho de que con él no tenía tanta confianza como con Jimin, así que decidió bombardear al menor, quien al principio lo negaba rotundamente, pero después de tanto insistir, terminó por decirle la verdad. Jimin se sintió agradecido con la chica ya que dijo que no diría nada, porque entendía a Jimin, quien no quería que nadie pensara que había conseguido ese puesto por acostarse con su jefe.

Al entrar, lo vio todo exactamente igual que el día anterior. Los papeles tal cual estaban, los lápices perfectamente colocados. En su escritorio tampoco había ninguna diferencia. Se sintió engañado. Miró a Jungkook algo desilusionado. No es que esperaba que siempre le hiciese regalos, con el simple hecho de corresponder sus sentimientos, le bastaba. Pero igualmente, pensó que lo había engañado.

-¿Me has dicho que tenía una sorpresa para no llegar tarde? -El tono que usó, solo le indicaba al mayor que Jimin en ese momento se sentía algo triste, pero él solo pudo sonreír, pues no sabía lo que le esperaba-

-No es un regalo como tal... Tienes que esperar un momento, está llegando... -sonrió-

Pasados unos minutos, la puerta se abrió, dejando entrar a Lee Chaerin, la famosa cantante y rapera del grupo 2ne1, además de que ella era su Idol favorita. Jimin estaba estático en el sitio, viendo como su Idol le estrechaba la mano a su novio. La joven se acercó al pelirrosa y le saludó, pero éste estaba aún en shock, con la boca abierta y casi sin parpadear. No quería perderse ningún detalle de aquella joven. Sus ojos rasgados y pintados con una sombra oscura, hacían que su mirada fuese algo felina, como una leona. Esos labios perfectamente pintados. Oscuros. Resaltando, más aún si cabe, el tono de su piel. Para sus ojos, ella era la mujer más hermosa del universo. Es cierto que le gustan los chicos, pero nadie en su sano juicio podría negar la belleza de esa mujer. Volvió en si cuando escuchó de parte de la chica un "Aww que tierno"

-Per... Perdón... Soy Park fan, su mayor Jimin... -Jungook no pudo evitar soltar una carcajada, a la que pronto se unió la chica. Jimin por su parte, se moría de la vergüenza. Solo quería salir corriendo de allí y esconderse debajo de sus sabanas para no volver a salir- Park Jimin... Su mayor fan...

-Lo sé, me han hablado de ti -miró a Jungkook- ¿Es cierto que soy tu favorita? -el pelirrosa asintió sonrojado- Me honras Jimin. Es gracias a vosotros que yo estoy aquí ahora. Sin vosotros apoyándome en cualquier cosa que hago, no habría llegado a ninguna parte. Gracias de corazón -Sonrió-