En el mundo distópico en el que vive la joven Darcy, la sociedad es perfecta. Todos y cada uno de los ciudadanos de Vermonia es proporcionado con lo necesario para una vida digna y nada más, por el gobierno que abnegado que lucha por la igualdad y la sencillez.
Vive únicamente con su padre, quien es un reconocido científico que, después de unos años de trabajar en un laboratorio subterráneo para el gobierno, es reclutado por ellos para encontrar la cura de una nueva enfermedad masiva, que se está propagando por el país rápidamente.
Darcy y su padre son llevados a una isla secreta, donde hay una cuidad condenada a vivir en orden excesivo a la que llaman el Centro. Allí viven todos los científicos reclutados con sus familias en casas del mismo tamaño y de la misma forma y en el corazón de la cuidad hay únicamente un edificios al que llaman, La Granada, ya que el laboratorio donde hacen las pruebas es subterráneo.
Poco después de su llegada su padre comienza a guardarle odio al gobierno por quitarles la vida perfecta que tenían en Vermonia y por no darle el puesto de trabajo que le habían prometido, así que, decide trabajar en una cura por su cuenta en su tiempo libre, usando de conejillo de indias a Darcy, quien en algún tiempo después, deja de sentir dolor alguno y se vuelve inmune a cualquier enfermedad.
En una ceremonia anual, todos los chicos de dieciocho años deben hacer un examen en La Granada. Si aprueban, seguirán estudiando para convertirse en líderes, si no, se tendrán que abstener la las consecuencias de ser criados. Pero, cuando los 35 estudiantes son llevados a La Sala de Pruebas, son secuestrados por un grupo de chicos mayores, quienes los llevan a una casa abandonada. Darcy tiene que elegir entre morir... o matar. Sabe que si no lo hace jamás podrá volver a ver a su padre. Así qué toma una decisión que sorprenderá a todo el mundo, incluida a ella.
