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I feel for you but when did you believe you were alone?
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Alejandro miraba por la ventana de su habitación, las ojeras debajo de sus ojos hablaban por si solas; La noche anterior no había podido dormir, ni la anterior, ni la anterior.

El sonido de la puerta abriéndose retumbó en toda la habitación, su cabeza dolía y todo lo escuchaba demasiado fuerte seguido de un pitido en su oreja.

"¿Hijo?"La voz de su madre se escuchaba con eco, volteo a verla y entre cerro sus ojos mirando a los ojos tristes que tenía su madre, una punzada llegó a su corazón sintió culpa. " Tenemos que hablar"
Se adentro a la habitación y se sentó en la cama, Alejandro suspiro y se giro completamente en la silla del escritorio frente a la ventana.

"¿Que ocurre? " Habló casi en un susurro, las pocas energías que tenía sentía que se habían ido con solo decir esas palabras.

"Pedí una cita en el psicólogo" Lo miro a los ojos esperando una reacción.

"¿De verdad?... ¿Crees que alguien desconocido puede ayudarme?" Cansado cerro sus ojos y los tapó con sus manos. Su madre suspiro, se levanto y se recargo en el escritorio a un lado de su hijo.

"Un especialista puede ayudarte... Se que ha sido difícil después de que... Bueno... "

"Mamá... Dejame solo" Rogó en un hilo de voz el joven que llevaba en su alma una cargan inmensa, no es como si el quisiera dar esa imagen, pero, todos sabían qué era lo llevaba en su espalda.

"Alejandro... " El joven alzó la mirada encontrándose con los ojos de la mujer que lo había cuidado de no hundirse más de lo que ya estaba.
"Se que todo parece oscuro ahora, hijo... ¿Vas a asistir a la cita?"
Tomó de los hombros a su hijo que tenía sus ojos rojos de tanto llorar, podía pasar el tiempo, pero el seguía teniendo esa mirada.

"Esta bien... "Suspiro intentando darle un poco de confort al alma de su madre que, todas las noches velaba por la tranquilidad de su hijo.

Su madre beso su frente y salió a pasos lentos de la habitación del joven.
Mientras Alejandro se levantaba de la silla y se tumbaba en la cama y ocultaba su rostro en la almohada, la misma con la que hablaba en todas sus noches de insomnio.
Los psicólogos nunca le cayeron bien, no sabía si era por su habilidad para leer y saber de ti por como pestañeabas o por que simplemente eran un gasto enormemente innecesario.

Eran apenas 19:00 y su cuerpo estaba cansado, a pesar que ese día ni el anterior había hecho algo especialmente agotador, o bueno... ¿Respirar cuenta?
Sus párpados se fueron cerrando y el sueño se apoderó de su cuerpo, incluso en sus sueños el se sentía triste y todo era triste.

Se despertó a las 02:25 y con un sabor horrible en la boca, estaba todo oscuro, pues, como se durmió a la luz de sol, olvido prender la luz.
Se levantó de su cama y prendió la lámpara. Se quedó un rato de pie sin saber muy bien que hacer, como todos cuando se despiertan después de un 'Pequeño sueño'.
Salió de su habitación y bajo las escaleras para ir a la cocina por un vaso de agua, ya que el mal sabor en su boca no se iba, vio una nota en el refrigerador.

Hijo, deje la cena en el microondas por si despiertas con hambre

Tomó el mango del refrigerador y tomó una botella de agua y regresó a su habitación para volver a conciliar el sueño puesto que hoy en la mañana tendría esa estúpida cita en el psicólogo.



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Hay gente que llegó a ver esta historia, hoy la traigo de vuelta

Friend, please [Fargexby]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora