𝓾́𝓷𝓲𝓬𝓸 𝓿𝓮𝓻𝓼𝓸

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Me dicen que es de tontos tropezar tres veces con la misma piedra pero es que tú eras una piedra  sobre la que merecía la pena caer,  resbalarse,  hacerse herida.  Porque hay personas que merecen nuestra herida personas que mancharon todo de felicidad, y contrataron la alegría y la volcaron sobre ti como quien arroja un cubo de esperanza,  personas que empapan tu vida con su risa y ahora que no están no dejan cuerda de tender donde seque esta tristeza.

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¿Mereces tú mi herida? Se preguntaba Mark sumergido en el infinito mar de sus pensamientos, hacía más de tres veranos que no dormía. Tres veranos que se sentían como cincuenta, veranos donde el sol golpeaba su rostro en las mañanas recordándole que era momento de seguir adelante y secaba sus lágrimas con la esperanza de que sean las últimas gotas saladas que derramara en honor en a su pasado amor y le envolvía en sus calientes rayos para reemplazar el frío de la soledad de su cama.

—Yo por ti caería mil veces más, Youngjae... ¿Pero cómo caigo a tus pies si ni siquiera estás cerca? ¿Cómo voy hacia ti si tú corres de mí? —Murmuraba Mark al correr las cortinas y abrir las ventanas, el día le fue recibido por el melodioso canto de las aves que alimentaba cada día en memoria de su gran amor. — ¿Cómo hacer que te enamores de mi otra vez?

Choi Youngjae era el único motivo que tenía para mantener su imagen impecable, tomaba largos baños de infusiones, lavaba sus cabellos con los mejores champuses del mercado y mantenía su piel hidratada con costosas cremas, vestía prendas que resaltaban su belleza natural y cada día cortaba las flores más bellas de su jardín para agradar al hermoso joven de cabelleras negras que habitaba su corazón.

—He cortado los girasoles más bellos de mi jardín para iluminar su verano. —Le expresó Mark dejando sobre la caja un hermoso ramo de las flores amarillas y una caja de su bebida favorita para justificar su paso por la tienda. — ¿Sabía usted que los girasoles son el alma de la bella ninfa del agua Clytie que seguía con la mirada el paso de su gran amor, el dios sol? Olvidó comer y beber hasta echar raíces y convertirse en la bella flor. Es la máxima expresión de lealtad y amor, mientras que hayan girasoles en la tierra, Clytie amará a Apolo. Mientras existan girasoles en la tierra, yo le amaré con todo mi corazón.

Youngjae no emitía una sola palabra, era inútil después de todo. Mark no comprendía que su amor se había apaciguado y que nada haría cambiar como se sentía. —Tenga buen resto del día, señor Tuan.

—Tome los girasoles, por favor. —Pidió extendiendo el ramo de flores amarillas, él quiso negarse pero la presión de la mirada de los demás clientes le obligó a tomar las bellas flores. —No olvide usted que mi amor no se apaga con el paso de los veranos, se hace más fuerte, más fuerte, más fuerte... —Y así se marchó, repitiendo esas dos palabras que resonaban en la cabeza del confundido coreano que solo deseaba continuar con su vida como era antes de Mark, cuando su vida era tranquila y no debía preocuparse por su presencia alborotando sus días.


Me dicen que es de tontos,  que lo deje,  porque huir del compromiso  es el deporte que prácticas.  Y tal vez estén en lo cierto  pero no saben que tu boca  es el ticket de entrada al paraíso,  como una esperanza que se cuela dentro.  Y dueles. Claro que dueles.  Como un regalo que al abrirlo está vacío,  como el premio que te sacan de las manos.  Dueles.


Youngjae leyó la carta perfumada que cayó del ramo de girasoles y lo arrugó con fuerza al apretarlo contra su pecho a la altura del corazón, de aquel corazón que comenzó a tener motivos para latir el día que se tropezó con Mark y que ha continuado latiendo con la esperanza de volver a sentir el calor de aquel joven de cabellos rubios que se reposaba en el pecho de Youngjae a escucharle latir como si se tratase de la más dulce melodía que sus oídos jamás hubieran podido escuchar, la sonata más hermosa de la que se tenga conocimiento.

Mi fría noche de verano sin tus brazos ; markjaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora