Strawberry Milkshake [Markhyuck]

1

Donghyuck se puso las medias blancas altas y sus patines celestes de la marca Derby. Se colocó en delantal blanco y salió del vestidor para preparar el local, bajando algunas sillas y limpiando las mesas.

Al poco tiempo ya empezaron a llegar los clientes y empezó a tomar los pedidos, llevándolos más tarde a sus respectivas mesas.

Todo estaba tranquilo hasta que un grupo de chicos con chaquetas y pantalones de cuero negro entraron haciendo un estruendo.

A muchos les dio igual, otros se divertían y otros les miraban molestos.

A Donghyuck le daría igual si cierto canadiense no se encontrara con ellos.

Mark Lee era el epítome de pesadez. Cada vez que iba y el moreno estaba en su turno le molestaba durante el trabajo. No era algo que lo distrajera completamente, pero el extranjero acababa con su paciencia.

—Mira que tenemos aquí... —dijo el peli negro pasando su mirada de arriba a bajo—. Quien fuera el papel para envolverte bombón.

—Solo decid qué es lo que queréis —rodó los ojos por el intento de ligoteo y sacó impaciente su pequeña libreta.

—Todos queríamos uno de vuestros famosos milkshakes —dijo Yukhei con una sonrisa—. Yo lo quiero de plátano.

—Yo también.

—Chocolate.

—De galleta.

—¿Y tú?

—Yo... —se hizo el pensativo y de un rápido movimiento sentó al moreno en sus piernas—. Te quiero a ti —dijo para besar su mejilla, a lo que el otro se levantó sonrojado y molesto.

—¡Eres un idota! —le pegó en el hombro.

—Lo siento, lo siento —se disculpó riendo—. Quiero un milkshake de fresa.

—Ahora os lo traigo —fue hasta el mostrador y puso el pedido en el aparato giratorio.

Se apoyó en la mesa resoplando sonrojado.

—¿Otra vez Mark? —rió su compañero Jaemin.

—Sí...

—Ya sabes como es...

Luego de un rato los batidos estaban listos, los colocó en la bandeja y se fue directo a la mesa del grupo.

—Los de plátano para Yukhei y Jaehyun, el de chocolate para Johnny, el de galleta para Jeno y... —repartió las bebidas a cada uno, cuando fue a dejar el de Mark, alguien le dio una nalgada fuerte, haciendo derramarlo en la cazadora del canadiense.

—¡Ah! —Donghyuck se dio la vuelta, encontrándose con un señor mayor que tenía una expresión asquerosa, como si le quisiese comer—. Suélteme —se asustó cuando le tomó de la muñeca, arrastrándolo hacia él.

A Mark le hirvió la sangre y le proporcionó un puñetazo certero el la mejilla del señor.

—Esa por tocarle —le volvió a dar un puñetazo—. Y eso por agarrarle con tus sucias manos —le seguiría pegando, pero el castaño le abrazó por detrás le hizo levantar para que parase.

—Tranquilo, Mark —le acarició los brazos—. Ve al baño a limpiar la chaqueta.

El peli negro le hizo caso, justo ante de entrar al lavabo, un señor le tocó el hombro y al darse la vuelta le proporcionaron un puñetazo en la nariz.

...

Lo primero que vio Mark al abrir los ojos fue la cara de Donghycuk. Este tenía la cabeza descansando en las morenas piernas mientras recibía caricias en el pelo.

—Por fin despiertas dormilón —la sonrisa del coreano hizo latir fuertemente al pálido—. No veas la que se montó, Yukhei fue a pegar al señor que te había pegado y luego sus amigos empezaron una pelea. Menos mal que Doyoung les paró a todos.

—Donghyuck, ¿tú me quieres? —preguntó mientras se levantó del regazo y le miró a los ojos.

—Claro, ¿a caso lo dudas?

—Es que... no lo parece.

—Ay... —suspiró para darle un casto beso—. Te quiero con todo mi corazoncito, pero no me gusta que me molesten durante el trabajo. Mark, este trabajo me gusta, además gano dinero.

—Lo siento —abrazó la estrecha cintura y lo elevó para sentarlo de lado en sus piernas—. Es que no me puedo resistir, eres tan lindo. Te comería aquí mismo.

—Siempre tan romántico... —los dos se besaron sonriendo—. ¿Quieres comer algo? Ahora que solo estamos nosotros aprovecha.

—A ti guapo —le proporcionó un apretón en sus muslos—. Dios, ¿sabías que me encantan tus muslos?

—Creo que las marcas que me dejaste por dos semanas me lo dejó bien claro —dijo ajustando las medias que el peli negro había movido para acariciar mejor sus muslos.

—Hoy podríamos repetir... ya sabes... —se sonrojó Mark por la propuesta.

—Me encantaría —Donghyuck también se sonrojó y volvió a besar sus labios para ir a la cocina.

Luego salió con dos batidos de fresa y se sentó delante de su novio.

—Para ti, invita la casa.

—¿Sabías que me empezó a gustar el milkshake de fresa porque a ti te gustaba?

—¿Ah sí?

—Tenía que tener una excusa para pedirte salir —confesó con vergüenza, de verdad que en su momento haría todo lo posible para poder conseguir una salida con el camarero.

—Siempre tan romántico, Mark Lee.

—Y tú siempre tan lindo Lee Donghyuck.

Los dos rieron y empezaron a tomar sus batidos de fresa.