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Seonghwa.

Pateó mi pecho y salí volando contra alguna roca que había por ahí, cayendo después contra el suelo desgastado y manchado por sangre reciente, mis piernas no aguantan estar un solo segundo más en pie.

–¿Dónde está la gema?.–preguntó Kai acercandose a mi amenazante –¡Respóndeme!

–¡Aaah!.–nunca pensé que tendría la nariz rota por una patada.

Colocó su pie abajo mi mentón elevandolo, miró por varios segundos mi cara con asco y odio, yo tampoco podía hacer mucho con todo el dolor que me provocó. Terminó por escupirme en la cara y aplastar mi cabeza contra el suelo, ejerciendo presión con su mismo pie.

–Creo que serás el pri...

¡Apártate!–obedeció y me levanto como puedo, tengo que encontrar mi pistola.

Kai se me acercó de golpe y agarró mi mandíbula con su mano, apretando fuerte, queriendo quebrar mi hueso.

–Te cortaré esa lengua para que dejes de dar órdenes como un estupido rey.–comenzó a reirse de manera desquiciada mientras que en su otra mano se veía claramente un alicate.

¡Ayuda!.

Me muevo rápido, desesperado, y trato de golpearlo, pero llegó un gorfe por detrás y sus manos me agarraron, deteniendo mis acciones.

–¡Aaah!– sentí un dolor inexplicable, no lo puedo ver, pero solo fue solo un pequeño corte en mi lengua, y duele, duele mucho.

Trato de moverme nuevamente, pero era inútil, si no me deshago del gorfe tras de mi no lograré nada. Trato de dar patadas, grito y me quejo, derramo lágrimas. Pero no me soltarán.

–Eso es, retuercete como el gusano que eres, y grita todo lo que quieras. Es lo único que podrás hacer de ahora en adelante.–vi que el alicate se abrió y se cerró nuevamente, el corte se hizo más grande.

–¡Aaaaah!–estoy seguro que va por la mitad de mi lengua, es como un dolor agudo. Levanté mi pierna, logrando golpear su entrepierna. Ver su cara de sufrimiento no está mal, hasta me reí por su rara y dolorosa expresión. Pero un golpe en mi cara fue el castigo de aquello, y junto con el agarre en mi mandíbula una vez más, pero esta vez con más presión. Puedo sentir como sus dedos quieren cruzar mis mejillas.

Mi boca se llena cada vez más rápido del sabor metálico de la sangre, la cual va cayendo por mi mentón, hasta el suelo. También gran parte de ella resbala por mi cuello, hasta llegar a todo mi cuerpo y manchar mi ropa en un rojo opaco.

Veo como abre nuevamente el alicate. Si salgo vivo de esta, curaré mi órgano muscular, el cual me permite modular mis órdenes, y besar dulcemente a mi Ángel.

El agarre del gorfe a mi espalda se hizo flojo por alguna razón, y una fuerza extraña literalmente me arrastró hacía atrás, logrando separarme de las manos de Kai.

Para mi sorpresa terminé siendo abrazado por un brazo de Soobin, mientras que con el otro estaba disparando a Kai, quien no dejaba de moverse.

–Perdón por la tardanza, pero estabas muy lejos, y...T-tienes algo aquí.–señaló a su boca. Toco la mía y veo en las yemas de mis dedos sangre.–Bueno..De la nariz hacía abajo tienes..Pero sigues siendo guapo.

No le tomo importancia, debería comenzar a curarme antes de que empeore, además el dolor es terrible.

Llevo mis manos en frente de mi cara y dejo salir esa luz verde, que al mismo tiempo es el poder que me heredó mi padre. Siento como de a poco como mi lengua se está restaurando, y mi nariz ya no palpita tanto como antes. Y la sangre que había en mi cara vuelve a su lugar.

Los Elegidos {Ateez}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora