Un Amor Que Nació En El Pasado [Libro #2]

Capítulo 32

Narra ________:

     —Bien, explica  —dijo Tsuna mirándome serio.

     —Yo...  —No sabía exactamente por donde comenzar, me avergonzaba ligeramente la situación, pero también sabía que si había alguien que podía entenderme de todos, era Tsuna.

     Como me alegraba que no fuera Reborn el que descubrió esa fotografía.

     Tsuna se acercó y se sentó en mi cama invitándome a hacer lo mismo, así que tomé aire e hice así.

     —Es verdad que creo que puedo mejorar esta misión y sacar aun más cosas  —comencé a decir.

     —¿Pero?  —Tsuna me instó a continuar.

     —Pero... también es porque... dejé cosas pendientes allí.

     —¿Cosas como cuáles? —preguntó.

     —Yo...

     —__________, puedes confiar en mí, soy yo.

     —Lo sé, es solo que... no me siento orgullosa de ello, o al menos... no de haber faltado a mis principios como espía.

     —¿Entonces de eso se trata? —preguntó Tsuna—. ¿Te mostraste real con el Vongola Primo?

     Asentí sin mirarle.

     —Yo... me enamoré del Vongola Primo.

     Pensé que se vendría un regaño o un sermón, no esperaba que Tsuna me abrazara.

     —¡Por fin!

     —¿Eh?

     —¡Al fin has superado a Hibari! —exclamó Tsuna con alegría separandose ligeramente de mí—. ¿No lo entiendes? Te habías cerrado por completo al amor, y de pronto, ¡Pum! apareces enamorada de alguien por quien incluso estás dispuesta a hacer una locura.

     —Tsuna...

     —Porque es una locura, ________ —dijo un poco más serio.

     —Lo sé —respondí asintiendo—. Pero creo que vale la pena.

     —Si de verdad lo crees, hazlo —dijo tomando mi mano—. ¿No volverás?

     —No puedo hacer eso —dije algo incómoda—. Mis padres, y mis amigos...

     —Y tu trabajo, y tu casa, y todo, siempre habrá algo, ________ —reflexionó Tsuna—. ¿No es lo suficientemente fuerte para dejarlo todo?

     —No lo sé, tampoco es tan así.

     —¿Cómo tan así? 

     —Ni siquiera nos hemos besado —expliqué, a lo que Tsuna se lanzó a reír.

     —¿Estás bromeando? —preguntó y cuando negué, rio aun más—. Realmente te gusta, ¿eh?