Acaso no lo vale?

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-Segunda llamada Gabriela!- alguien grita por el pasillo de su camerino
-Gracias Toño! Buena suerte a todo el equipo!-
-Buena suerte también!- le responde el chico de sonido y escucha como le avisa a Don Ignacio también. Gabriela esta retocandose el maquillaje, da una vuelta frente al espejo revisando su vestuario y cuelga su saco en la puerta para ponérselo antes de salir, se acomoda unos rizos debajo de la gorra y se la ajusta. Es la segunda función del domingo y no puede esperar para llegar y tomar un baño relajante y dormir, enciende una vela y se dispone a rezar la oración que siempre reza antes de que cada función.

-Que el público se deleite con nuestras actuaciones-
-Total! Bendiciones Don Ignacio-
- Bendiciones Gaby-
-Listo Don Nacho ya esta su microfono-
-Gracias Toño-

Don Ignacio se encamina a su lugar detrás del telón y ella sube las escaleras detrás de la escenografía, puede sentir el cansancio en la espalda baja y le comienzan a arder los ojos por la luminaria intensa del escenario. Se persigna e inhala y exhala profundamente, las notas de piano de la melodía vibran de golpe en sus oídos, sus sentidos se agudizan y puede escuchar el correr del telón, los aplausos inundan sus sentidos y puede sentir la vitalidad de la adrenalina recorrer su cuerpo, por esto ama actuar por esto ama su trabajo.

Está en medio de su monólogo sobre la mesa, se levanta sobre ella extendiendo los brazos cuando una cara en el público le llama la atención y se sorprende por un momento quedándose muda, trata de enfocar los rasgos borrosos en la oscuridad y solo logra ver su sonrisa cuando la persona se da cuenta que lo esta viendo. Una lágrima que resbala por su mejilla la regresa a la realidad y rápidamente busca en su mente la última linea que dijo y continua, se abraza así misma concentrándose de nuevo.

Normalmente ya no siente nervios cuando se desnuda de espaldas al público pero puede sentir su mirada en ella y el sonido de los aplausos retumba en su oídos. El correr del telón la hace soltar la respiración que estaba conteniendo sin darse cuenta, se baja de la mesa y rápidamente se pone la gabardina, puede sentir un calor repentino que sube por todo su cuerpo hasta su cabeza y el ruido del publico aumenta sus nervios.
El telón se abre y sus ojos escanean rápidamente el público sin éxito, no encuentra su cara, pero que esta haciendo, esta loca o muy cansada, debió ser alguien más y esta confundida. Sonríe mientras Don Ignacio la abraza y juntos hacen una reverencia, la adrenalina dejando lentamente su cuerpo dándole una sensación placentera.

-Buenas noches Gaby-
-Buenas noches Don Ignacio, me saluda a Lulu-

Ambos se despiden entrando a su camerinos, cuelga su saco y se quita la gabardina colgándolos junto a la falda para la tintorería. Comienza a recoger sus cosas del tocador, normalmente siempre las deja durante el fin de semana pero ya es domingo y tienen que limpiar el camerino. Rápidamente empaca sus pocas cosas, ya es tarde y afuera hace frío así que solo tiene que cambiarse pero un toque en la puerta la detiene, debe ser Toño que viene por su equipo de sonido pero cuando abre la puerta se topa con un gran ramo de flores blancas.

-Mmmm si?-dice Gaby sin saber que hacer.
-Flores para la señora Spanic- dice la voz detrás del ramo y puede reconocerlo incluso antes de ver su rostro cuando baja las flores.
-Fernando?!- dice sin poder creerlo, sí era él en el público.
-Hola Gaby- la saluda y sonríe
-Ho... Hola!- apenas logra decir las palabras
-Vine a México por negocios y en cuanto vi un espectacular de un picasso supe que tenía que verte... Y a Don Ignacio también por supuesto!-
-En serio?! Y qué te pareció?!-
-Me encanto! Pero... puedo pasar?-
-Ay claro! Perdón... pasa- dice dejándolo pasar, el aire se siente cargado y se nota a kilómetros el nerviosismo de ambos
-Son para ti- dice estirando las flores en su dirección
-Gracias... blancas, mis favoritas- dice tomándolas
-Lo sé por eso traje el más grande que encontré-
-Muchas gracias, son muy lindas- le agradece y las pone sobre el tocador
-No las pondrás en el florero?- y señala la vasija en la esquina lejana
-No... es domingo y no regreso en toda la semana, no quiero que se marchiten... Mejor las llevo a casa-
-Oh... Ok- el silencio se expande incómodamente, los años sin verse se levantan como una muralla entre ellos y las palabras agridulces de la última vez que se vieron se sienten igual que ese día.
-Estuviste increíble, en serio... De principio a fin me dejaste anonadado-
-Muchas gracias- es lo único que puede decir y siente como sus cachetes se sonrojan, controlate Gabriela.
-Mmmm me gustaría invitarte a cenar, aceptas?-
-Mmm... te lo agradezco mucho pero... no creo que sea buena idea- le responde sin poder mirarlo a los ojos pero cuando levanta la mirada puede ver la sorpresa y desilusión en su rostro que trata de disfrazar rápidamente
-Esta bien esta bien bueno...-
-Gracias por venir-
-no te detengo más... Buenas noches- dice sin saber como despedirse así que solo se da la vuelta y sale rápidamente.
-Dios mio que acaba de pasar?!- el shock comienza a dejar su cuerpo y la realidad la impacta de lleno pero no puede más que agarrar el ramo de flores y olerlas, tienen un ligero olor a su colonia.

Acaso no lo vale?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora