❞𝐓𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐚𝐥𝐠𝐮́𝐧 𝐩𝐮𝐧𝐭𝐨 𝐜𝐚𝐫𝐠𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐬𝐩𝐨𝐧𝐝𝐞❞
Huérfana, sin familia, sin clan específico, nada a que aferrarse. Saya Yamanaka, producto de una unión clandestina que terminó con la vid...
Un suspiro fue lo que escapó por entre sus labios, la noche pintaba y estaba en la parte más oscura, en tan solo un par de semanas, la forma de vida que durante años había tenido cambiado. Sin embargo aún era imposible para el trío rojizo acostumbrarse, durante años tener tenido que estar viviendo entre calles y sobre cartones, debes en cuando en una casa que no tardaba en dejarles fuera de sus paredes que parecían seguras. Era difícil, no había duda alguna, tener un lugar al cual llegar, un lugar al cual correr cuando los golpes fuesen demasiados. Aquello era algo que por primera vez los tres experimentaban y pese a ello Saya era la que menos podía afrontar el cambio, seguía levantándose por la madrugada al mínimo ruido, y miraba en la oscuridad de la habitación buscando una silueta que les amenazara, por si alguien se acercaba,
Las calles de la estaban aldea llenas de familias con sus hijos, la emoción era latente que inundaba la atmósfera y la hacía latir con las risas de los padres, ¿Qué demonios lo hacía tan especial ?; claramente el día de graduación, todos tenían las esperanzas puestas en sus hijos, Saya conforme esquivaba las familias y caminaba a la academia no podía dejar de pensar lo estúpidos que eran los mayores, ¿Cómo podría emocionarse sabiendo que si pasaban la prueba la esperanza de vida de sus hijos se reduciría en exceso? , no podía entenderlo, a su parecer era completamente estúpido, y por ello había evitado convertirse en Shinobi, ¿Quién quería dar cada minuto de su estúpida vida por alguien o algo que nunca daba nada para sí?, tan sólo un enfermo, o eso pensaba ella.
Al llegar al aula pudo notar el ambiente tenso, llenó de temor y nervios, la socarronería decoró sus labios, y no tardó en sentarse en uno de los lugares del fondo, ahí junto al rubio con hiperactividad que no paraba de mencionar lo grandioso que era y la forma en que lo aprobaría, parecía que el castigo del día anterior le había hecho retomar la confianza; el aula era un alboroto hasta que el Umino cruzó la puerta con la tabla en manos, ahí todos callaron de golpe y con rapidez fueron a sus aulas
─ Bien, comencemos con el examen final, cuando diga su nombre procederán al cuarto de exámenes ─ Inicio con su característica amabilidad, viendo a su clase por encima de la tabla, ante ello muchos temblaron, cosa que no fue el caso de Saya quien se recostó contra el respaldo del asiento y sonrió con socarronería ─ El examen final será sobre el Jutsu de Clonación ─
Y quizás ese fue el momento en que muchos se sorprendieron, siendo el más afligido el Uzumaki a su lado, inmediatamente Saya dedujo la razón y abrazó por los hombros al chico, de alguna forma intentando dar el ánimo suficiente para pasarlo. Así fue como uno a uno pasaba al aula de al lado cada que mencionóban su nombre, cuando le tocó al Uzumaki ya eran pocos los que quedaban, y Saya apenas pudo reír con sinceridad antes de verlo desaparecer. No supo más de su amigo, pues como todos no volvían, peor ella no perdía la esperanza de que hubiera aprobado,
