Jueves, te odio

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(Narra Kuroko) 


Cuando desperté sentí que mis muslos dolían mucho, ni siquiera me podía parar bien. Me puse de nuevo el buzo, una sudadera negra y ordené un poco mi cabello

Salí de la habitación y encontré en la salita a Riko y Kagami viendo algo en la televisión. 



- Buenos días –saludó mi hermana.

- Buenos días – abrí el pequeño refrigerador, saqué la leche y bebí del envase. Luego me serví otro poco en un vaso.

- ¿Dónde has estado estos días? –preguntó.

- Por allí –busqué algo de galletas o cereal en la cocina. Mi estómago rogaba por sólidos.

- ¿Dónde es por allí? –añadió Kagami.- Estamos preocupados por ti. ¿Tienes idea lo difícil que es cubrirte el paso con tu papá? se me están agotando las excusas –se apenó frotando su nuca.

 
- No necesito que me cubras –reprendí sin inmutarme.


- ¿Qué te está pasando? – mi hermana me encaró poniéndose de pie .- Aomine no deja de preguntar por ti. Todos estamos preocupados por ti Tet.

 
- ¡Estoy bien! –alzé la voz mientras comía una galleta.

- Creo... que vuelvo después – interrumpió el pelirrojo, o sea que Riko hablaría conmigo. Salió y cerró la puerta tras de sí. 


- Dime la verdad –su tono fue molesto, acercándose a mi. 


- N-no... –se me cristalizaban los ojos.

- ¡¿Por qué no?!

- Porque no tiene importancia– traté de calmarme, evadiendo su insistencia.

- ¿Estás engañando a Aomine? –soltó de golpe. Eso me descolocó tanto que tosí.

- ¡Por supuesto que no! –le grité- Amo a Aomine, más de lo que te imaginas, haría cualquier cosa, créeme Riko, cualquier cosa por protegerlo.- enmarqué las palabras.

 
- ¿Entonces, por qué no lo miras ni a la cara? ¿por qué actúas tan extraño con todos nosotros? ¿Por qué siempre rehuyes de todos?

- Porque... no lo merezco.–se me salió decirle. Cerré la boca de golpe, sabía que después de decir eso vendrían más preguntas. 


- ¿Por qué lo dices? – su expresión se afligió.

- Porque de verdad no lo merezco, él ha sido muy bueno conmigo. Me quiere y me respeta. Yo no... soy tan bueno como a él le gustaría.

- ¿De qué estás hablando? –cuestionaba confundida y desesperada haciendo puño sus manos.

- Nada, cosas mías –seguí comiendo 


- ¿Hace cuanto que no tocabas la comida? –viró su mirada a las tostadas de mis manos.


Arqueé una ceja sin comprender, llevándome la comida a la boca. Ella entendió mi pregunta muda y continuó hablando. 


 
- Estás pálido y más delgado, tus labios están blancos y tienes ojeras –alzaba su mano señalando mi cuerpo en general.- ¿Te estás drogando? 


- ¡Riko deja de hacer conclusiones, tú solo estás fantaseando! –pedí furioso- Nunca me he drogado, no he bebido, no engaño a Aomine y tampoco soy anoréxico si es lo que piensas. 

MENSAJE DE TEXTO (KurokoNoBasket)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora