3.-Magno

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Tercer relato basado en un muy conocido personaje de la historia, cuyas hazañas hasta el día de hoy son contadas y cuya momia aún no ha sido encontrada o si ha sido encontrada jamás la conoceremos.

Quienes desconocen el personaje, es Alejandro Magno, conquistador de gran parte del mundo antiguo, fallecido en junio de 323 a.c  en Babilonia en plena cumbre de su poder, se dice que su muerte fue por envenamiento, pero actualmente por investigaciones acerca de sus síntomas fue por una enfermedad  neurológica llamada síndrome de Guillain-Barré.

Entre sus amores se cuentan Roxana de Bactriana.

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Fue uno de los tantos titanes que pisó la tierra, un titán que con su sombra cubría los cuatro rincones circundantes del mundo conocido, pero así como fue un titán, fue una estrella efímera que de vez en cuando era mortal, ambicioso, terrible cuando lo traicionaban y con capacidad de reunir desde flores hasta piedras debajo de sus pies....

Venerado, amado por hombres a los que hizo ricos en sus diferentes campañas militares y odiado por aquellos a los que intimidaba con su mirada o gestos que para ellos era inverosímiles.

De las pocas veces que fue mortal, su corazón se encandiló, sus ojos verde-azulado brillaron cuando se encontraba con algo extraordinario y el verle a él fue suficiente... 

Porque despertó su pasión tal como Ares con Afrodita.

Y él en vez de tomarlo como cautivo como la gran mayoría de conquistadores que se vanagloriaban de tener lo mejor de lo mejor del botín de conquista, decidió sellar la paz que representó un insulto para sus camaradas.

Preguntó su nombre y la respuesta le maravilló, su tez le parecía una rival a las estatuas sempiternas que él admiraba y veneraba, sus ojos desafiantes lo ataron...

Él por su parte   vio los rostros curtidos y furiosos de aquellos hombres brutos que discretamente lo llamaban " bárbaro" verlo caminar directo a sus brazos. El intérprete los presentó y él tan amable como una nodriza lo condujo a su alcoba donde le dejó a probar su boca y acariciar su piel marcada por cicatrices pero a su vez tersa con sus músculos de roca.

¿ Amable?. Fue tan noble que casi ni sintió malestar, solo sabía que su presencia era lo que mantenía la alianza viva y de esa manera se cortaban de raíz posibles sublevaciones.

Al inicio le pareció un poco inexperto, pero cuando atinó, sonrió satisfecho mientras su respiración cálida abrazaba su oído. Ni en sueños febriles pensó hallarse alguien que tuviera un tacto para el acto sexual; Aioros volvía a ganar al derribar la muralla, seguía invicto.

Poseía una belleza que no tenía nada que envidiar a los otros, aunque tenía tantas cicatrices como actos de generosidad con propios y extraños. Ciertas noches cuando el sueño no lo bendecía, se concentraba en estudiar cada rincón de su espalda, si él lo sintió jamás dijo nada.

Lo seguía en caravanas siempre a su lado indicando su posición, cuando tenía tiempo lo visitaba, intimaban y se iba satisfecho. Cuando no, procuraba enviar mensajeros para saber si se hallaba bien de salud o necesitaba algo.

El señor más generoso que la vida le pudo haber obsequiado y eso le bastaba, era feliz como un niño cuando le dan su primer caballo.

¡ Oh pero quiso matar al esclavo que le servía al saber que su señor amado se casaría de nuevo!

Lo fue a visitar a su tienda donde él era dueño de hasta  la minúscula partícula de polvo de las sandalias de sirvientes , presuroso se acercó a besar su anillo ante su mirada algo esquiva.

Relatos [Sagicornio] Finalizada  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora