Deseo

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Pedro es un chico de 25 años, pesa 145 kilos y es estudiante. Se encontraba nervioso por su primera junta con la persona que le iba a cumplir sus fantasías, él solo se dejó llevar por un impulso automático, evitó pensar e imaginar cosas que le pueden pasar, solo se levantó un día, dijo que saldría con amigos y se marchó hacía lo que aún no conocía, iba a descubrir nuevos sentimientos y gustos que aún no podía experimentar, siempre se los negó para sí mismo.

Caminó hasta la estación de metro para juntarse en el lugar acordado, para poder conocerse un poco e ir hacía el rumbo de la aventura que los esperaba juntos. Preparados ya se sentían entre sus venas las ganas de pasarlo bien, fueron a comprar lo necesario y llegaron al motel con cabañas privadas.

Entraron ambos a la cabaña y como se había acordado, Pedro debía obedecer cada orden de Facundo. Él ordenó a Pedro que se desnudara y se quedara de pie. Pedro obedeció y de pronto empezó a sentir como Facundo tocaba y pellizcaba sus pezones. Pedro no contuvo un gemido y evidenció una erección, Facundo lo miró coqueto y lo siguió tocando.

De pronto las caricias se detuvieron y Facundo tomo un bolso y sacó una soga. Pedro sabía lo que le esperaba. Facundo desenredó la cuerda y comenzó a hacer un arnés estilo shibari alrededor de su gordo sumiso y le ató las manos a la espalda.

Facundo lo tomó por la espalda y al oído le dijo: Por las siguientes 12 horas eres mío, dependerás de mi y yo haré mi voluntad en tu cuerpo.

Una sonrisa coqueta y sumisa se dibujó en el rostro de Pedro. Estaba ansioso por lo que se venía. Nunca había experimentado el feederism pero Facundo le daba la seguridad para hacerlo.

Facundo guió a Pedro hasta la cama y le ordenó acostarse. Torpemente por la ataduras Pedro lo hizo. Facundo se acercó nuevamente a su bolso y sacó una máscara de latex. 

- ¿y eso? Es para mi? - preguntó Pedro y Facundo asintió.

- Si no te molesta quiero disfrutar cada momento, verlo y sentirlo todo - respondió Pedro mientras Facundo sonriendo guardo la máscara y se perdió por unos minutos en la cocina.

Pedro escuchaba bolsas abriéndose y una juguera funcionando. De pronto, todo se silenció y Facundo entró a la habitación con una bandeja de hamburguesas gigantes y una jarra de malteada. Comenzó a babear, amaba las hamburguesas y tenía mucha hambre, hoy sólo había desayunado porque tenía alguna idea de lo que le esperaba, pero nunca imaginó que fuese tanto.

Facundo acomodó todo y se sentó en la cama junto a Pedro.

- Estás listo? - Preguntó a Pedro, él que por los nervios sólo asintió. Facundo tomó una hamburguesa y se la dio, Pedro de un mordisco casi se come la mitad.

No podía describir lo deliciosas que estaban y no podía parar de disfrutarla. Mordisco tran mordisco Pedro amaba la sensación de ser alimentado, y Facundo como buen gainer, acariciaba la panza y pezones de Pedro mientras masticaba. Entre cada hamburguesa Facundo le daba a Pedro un vaso de gaseosa, al cabo de un rato ambos ya tenían el ritmo. Facundo lo alimentaba puercamente y Pedro, muy metido en papel de sumiso, sólo aceptaba todo lo que su amo le diera.

Luego de 10 hamburguesas Pedro comenzó a sentirse muy satisfecho, y miró con cara de no mas a Facundo. 

- Creo que ya estoy lleno, dijo a su alimentador. 

- Ni lo pienses, estamos recién empezando - dijo Facundo y se levantó de la cama y de su bolso sacó una especie de embudo máscara, y se la colocó a Pedro, quien estaba asustado y no entendía el fin de esta herramienta. Facundo tomó la jarra con malteada y lentamente comenzó a vaciarla en el embudo, mientras miraba fijamente los ojos de Pedro.

Pedro sólo podía tragar, la máscara embudo mantenía su boca abierta y aunque se sentía lleno, no podía para de beber la malteada, estaba exquisita. Sabe a vainilla, mi helado favorito pensó, pero ignoraba el ingrediente extra, un suplemento alimenticio para aumentar grasa.

Una vez que se acabó la malteada, Facundo le retiró la máscara embudo a Pedro y acarició su panza y limpió su rostro. 

- Cómo estas cerdito? Ahora si te sientes lleno? - Preguntó Facundo.

- Brree - eruptó - si mi sexy alimentador - Respondió Pedro.

- No aún cerdito, nos queda trabajo aún, déjame hacer esto un poco más divertido - dijo Facundo, mientras se acercaba nuevamente a su bolso y sacaba unas ventosas. Pedro jamás las había visto y se preguntaba qué haría con ellas. Facundo se acercó, se sentó sobre los muslos de Pedro y puso el chupón de la ventosa en labios de Pedro y le dijo: Lame. Pedro obedeció. Su amo colocó la ventosa sobre uno de sus pezones y lentamente comenzó a succionarlo.

- Me di cuenta hace un rato que tu punto débil son tus pezones, veamos si esto te motiva a seguir jugando cerdito - le dijo mientras apretaba lentamente la ventosa. Pedro no había sentido este placer jamás, y la imposibilidad de tocarse o evitar que Facundo siguiera lo desesperaba pero al mismo tiempo lo excitaba aún más. 

- Comencemos con una para ver como reaccionas, pero veo que ya está haciendo efecto - dijo Facundo mientras miraba la notoria erección de Pedro bajo su enorme panza.

Facundo se quitó la ropa, y comenzó a tocar la panza y pechos de Pedro mientras se masturbaba. Su cerdito estaba muy excitado como él, no aguantó y puso su pene en la boca de Pedro, la penetró por unos minutos y se levantó de la cama. Pedro estaba confundido, amó el momento y no entendía porqué Facundo se había detenido. 

- Disculpa mi falta de profesionalismo, me dejé llevar - Sentenció Facundo mientras subía su boxer.

- Me gustó bastante - agregó Pedro mirándolo triste.

- Si lo seguía haciendo acabaría, me tienes muy caliente cerdito - dijo Facundo.

- No eres el único, es más yo acabé sin tocarme - sonrió Pedro tocando su pene húmedo.

- Ufff ese es mi cerdito - dijo Facundo mientras se sentaba en los muslos de Pedro y besaba su mejilla. El momento fue interrumpido por un gruñido de la panza de Pedro.

- Ah! Alguien tiene espacio aún al parecer - se alegró Facundo y se levantó rumbo a la cocina.

Pedro pensaba que podría estar haciendo en la cocina, ya se había comido todo lo que habían comprado en el supermercado. De pronto Facundo entra a la habitación con una enorme bandeja con una montaña gigante de papas fritas. Facundo sabía que eran las favoritas de Pedro y se las había traído de sorpresa. El rostro del cerdito se iluminó, y de pronto la sensación de barriga llena desapareció y fue reemplazada con un apetito voraz.

Facundo comenzó a alimentar a Pedro una por una, pero al cabo de un minuto se dio cuenta que su gainer podía más y aumentó la porción a lo que cupiera en mano. Cerdamente Pedro devoraba las papas fritas, mientras Facundo no podía estar más excitado por la situación. Pedro resultó ser todo lo que esperaba de un gainer.

Luego de terminarse todo, Pedro apenas podía moverse y estaba totalmente inflado. Facundo tomó la otra ventosa y la colocó en el pezón de su cerdo. Pedro retorcía las piernas como podía, se sentía tan lleno que era imposible hacer cualquier movimiento que necesitase mucha fuerza. Facundo como pudo lo acostó completamente en la cama.

- Listo para seguir tragando - preguntó Facundo. Pedro miró para todos lados y no vio más comida.

- ¿Y qué comeré? - preguntó. 

Facundo sólo bajó sus boxer, Pedro lo entendió, y aunque no era mi pizza ni malteada, se le hizo agua la boca. Facundo era un dominante nato y folló la garganta de su cerdo por un buen rato. Pedro se ahogaba pero ni podía parar de recibirlo, le encantaba. Facundo se acercó a las ventosas y las apretó un poco más y vio como Pedro retorcía sus piernas y una eyaculación saltaba debajo de la panza de su cerdito. Esta visión lo elevó y sin detenerse acabó dentro de la boca de Pedro, chorreando su cara.

Pedro no podía creer el magnífico momento que había pasado. Su amo descansaba a su lado y pensó: Esto aún no termina, pagamos 12 horas y van 4 recién. Esto es sólo el comienzo.

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