Dos personas.
Dos mundos opuestos.
Una relación falsa.
Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero.
Uno nunca se ha enamorado y...
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Narrando Maximiliano Dimitrou.
—Puedo contratarla, pero antes necesita pasar por una serie de aplicaciones, además de exámenes para probar que tiene la capacidad de practicar leyes en Florida, siendo que estudió en Nevada —explica Charles.
Son las tres y media de la mañana en Miami y, en lugar de estar en casa descansando, me encuentro en la oficina de Charles, investigado si hay la posibilidad de que Nicole pueda trabajar para él.
No es que dude de las habilidades de Nicole, es más, algo dentro de mí me dice que le van a dar esa posición en el bufete de los hermanos Botts, nada más me atrevo a escarbar por si Nicole no quisiera quedarse al final.
Las últimas veces que he hablado con ella, no suena muy convencida. A lo mejor es porque su lado pesimista le recuerda cada que puede que no conseguirá silla en Botts Brothers.
—Bien —le doy un trago a mi vaso de agua.
—Solo debes de saber que si no es... competente —se aclara la garganta, tratando de no ofenderme—, tendré que despedirla.
—Se graduó con honores de su generación, no creo que vaya a ser el caso.
—Solo digo —se encoge de hombros.
La pantalla de mi celular se enciende con una llamada entrante. Lo agarro pensando que es Nicole, queriendo hablar conmigo después regresar del club nocturno —cosa de la cual no estuve para nada de acuerdo, siendo que en unas horas tiene su última entrevista—, cuando me doy cuenta de que es Donovan.
—Disculpa, debo tomar la llamada —me dirijo a Charles antes de levantarme del sillón y salir de su oficina—. Donovan, ¿a qué se debe tu llamada?
—Tenemos un grave problema, señor —se escucha del otro lado.
Por la seriedad de su voz, no cree que me marque para decirme que Nicole está borracha.
—¿Qué pasa?
—No encontramos a la señorita Carson, señor. Ya la buscamos por todo el club nocturno... —mis oídos dejan de escuchar lo que dice, solo en el fondo se escucha un ruido que molesta.
No encuentran a Nicole.
Los tres hombres que deben de estar cuidando a mi novia, no la encuentran.
Oh, mierda.
Me jalo los cabellos, tratando de enfocar mi mente en lo que dice Donovan.
>>Algunas mujeres que estuvieron en el baño hace unos minutos dicen que un hombre la sacó del baño insconciente. Dicen que una mujer que entró con ella, les pidió que no dijeran nada, pero...
—Cállate ya, Donovan —escupo—. Tengo a ustedes tres, tres putos hombres cuidando de mi novia y ¿me vienes a decir que dos personas se llevaron a mi novia sin que ni uno se diera cuenta?
