ix. it's okay, it's cute

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✧・゚━CAPÍTULO NUEVE ━・゚✧

Myungseok siente que su consciencia se desvanece cuando todo a su alrededor cambió. Las náuseas y un fuerte dolor de cabeza la invadieron, como si hubiera algo perforando en su cabeza. La oscuridad la consume, y siente que la única manera de aliviar el dolor es sujetando su cabeza con fuerza. 

—... ¡Seok! ¡Myungseok! —Las exclamaciones de Jeno junto a las sacudidas que siente son lo que hacen que pueda abrir los ojos con lentitud, solo para encontrarse con su rostro desesperado a solo unos centímetros del suyo. 

Suelta sus propios mechones casi como si un hechizo se hubiera roto, y observa sus manos con incredulidad, como si no le pertenecieran. 

—¿...Qué fue lo que pasó? —pregunta con lentitud, tratando de asimilar su situación.

 Mira a su alrededor, encontrándose con la frescura y oscuridad del patio de una escuela que en definitiva, está lejos de ser la suya. Puede notarlo viendo lo bien cuidados que se encuentran todos los árboles y las flores, además de los elegantes faroles ubicados con cuidado para darle un toque clásico al camino y a la especie de plaza en donde se encuentran. 

—Gracias al cielo, estás bien —El toque de Jeno en sus brazos se suaviza poco a poco, al igual que su expresión, que sale acompañada de un suspiro de preocupación. Antes de que ella pudiera preguntar, él le explica qué ha pasado—. Cuando aparecimos aquí te desvaneciste por un momento, pensé que algo grave te había pasado. 

La sonrisa de medio lado que le dirige es suficiente para que al fin Seok sea consciente de la posición en la que se encuentran donde, básicamente, Jeno y ella están abrazados con el chico teniendo su espalda apoyada en el tronco de un árbol. Tratando de ignorar la vergüenza y otros pensamientos, se inclina hacia atrás para poder sentarse por sí misma sobre el césped. 

—Estoy bien, creo —Por si acaso, revisa sus brazos otra vez, y de paso, palmea sus piernas como si se estuviera cerciorando de que no son imaginarias. Frunce su ceño al poder aclarar su mente y sus recuerdos de hace unos instantes—. Pero, ¿acaso nosotros estamos en...?

La única respuesta en la que ella puede pensar le aterra y le pone la piel de gallina, y solo por un instante, desea que Jeno no le responda. 

—Sí —No le da rodeos al asunto y deja que la información le caiga como un balde agua fría. No hacen falta más palabras para las explicaciones, pues ambos saben la respuesta.

Están dentro de Going Up.

—Bueno, ¿y ahora qué? —pregunta ella a nadie en particular, dirigiendo su voz al cielo estrellado, como si le estuviera reclamando al autor por lo que ha ocurrido. Jeno solo se encoge de hombros, encontrándose en su misma situación—. Ah, por cierto, ¿estás bien? —El pequeño bicho de la culpa la carcome por unos segundos al haber olvidado por completo el estado deplorable del chico por centrarse en su propio problema.

Going Up! ―Lee JenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora