Katsuki miraba la ventana que se encontraba a su lado, sin verdadero interés en lo que estaba ocurriendo en su alrededor, es decir, su querida clase. No le interesaba ya que a fin de cuentas, lo que estaba explicando el profesor, ya lo había leído anteriormente, además de que domina el tema a su antojo —o eso creía—, de todas formas en unos minutos debería tomar apuntes por si acaso.
Desde la ventana de la escuela, se podía ver claramente el tranquilo mar, en sí una buena parte de la playa entera. El sonido de las olas estrellándose con fuerza en las grandes piedras de la orilla, junto con ese azul oscuro profundo mezclado con lo blanco de la espuma, hacía que pensara en los secretos e historias que se encontraban ocultos dentro de ese azul tan precioso que solía apreciar la mayor parte de su día.
Vivía en las nubes sin saberlo, dentro de una burbuja de pensamientos sin sentido, relajado y calmado.
Alguna vez en su vida se preguntó porque se habían mudado ahí en primer lugar, el pueblo era pequeño, apenas habían tiendas, ni hablar de lugares donde pasar el rato. Estaba rodeado mayoritariamente de cerros empinados —cosa que le gustaba— y naturaleza en general, el trabajo tampoco era tan bueno, ni tampoco la paga de este, pero por alguna extraña razón sus padres pensaron que sería una grandiosa idea vivir ahí. Qué estupidez.
En el fondo Katsuki igual sabía que lo habían hecho por él, después de lo acontecido con su amigo de la infancia pensaron que lo mejor era que su hijo estuviera a las afuera de la ciudad, un lugar donde no pudiera recordar o culparse. Ambos padres se preocupaban por su hijo y deseaban poder verlo más calmado y relajado, sin estrés de por medio, agradecía eso.
Aunque el pueblo era una mierda en su opinión, una mierda aburrida. Tenía que admitir que le gustaba el ambiente sencillo y relajado que este tenía al hacer las cosas, le traía una paz enorme los bosques, cerros y el mar, era un excelente lugar para vacacionar pero no para vivir, se tornaba aburrido y monótono.
Perdido en su burbuja de pensamientos, notó como había una persona en la playa, sentado en la arena. No podía ver del todo bien su rostro, pero podía ver que tenía un cabello negro azabache hasta la mitad del cuello y una piel blanca tercia. Estaba de espalda por lo que no podía ver su rostro, ni género, parecía una chica por el cabello aunque no estaba realmente seguro por su espalda y hombros anchos.
Por alguna extraña razón tenía curiosidad por el extraño o extraña, así que se quedó un rato viendo que hacía. Parecía una clase de acosador o algo parecido porque ese pequeño rato terminaron siendo 15 minutos, 15 minutos viendo como el extraño dibujaba o tocaba con su especie de guitarra acústica, se imaginaba como sería su desempeño a nivel auditivo en la guitarra ya que por la distancia no podía escuchar.
Pronto, el extraño sin previo aviso se volteó a su dirección, chocando ambos ojos carmesí. Katsuki sintió estremecerse ante su mirada, aparentemente era un chico. Su rostro aunque no lo podía ver realmente bien por la distancia, pudo notar que estaba llorando por su nariz y ojos algo rojizos, tenía la boca entreabierta ¿iba a decir algo?
Se parecía jodidamente a alguien que conoció.
Por instinto Katsuki desvío la mirada avergonzado al darse cuenta que el extraño lo había encontrado espiándolo. ¿El gran Bakugou Katsuki avergonzado por algo como eso? Pues sí. Era de sentido común desviar la mirada cuando alguien que estabas mirando se daba cuenta de esto.
Con las mejillas ligeramente rojas, se encontro con la mirada desinteresada de una de sus compañeras —Ochako Uraraka— apuntando con el dedo a un lado de él, cuando dirigió la mirada a ese lugar se encontró con la penetradora mirada de su profesor junto con una amigable mueca de desagrado. Genial.
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Mind Fields; Kiribaku
FanfictionDespués de una serie de acontecimientos trágicos en su ciudad natal, Katsuki se muda a un nuevo pueblo pequeño y poco divertido, rodeado de naturaleza y un mar impresionante. Un día, durante una clase especialmente aburrida, nota un detalle extraño...