único.

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Sus pálidas manos recorrían su vientre plano, un suspiro algo grave surge de sus labios mientras que sus pequeños ojos estaban cerrados. Acaricia su bulto por encima de la ropa, masajea este con parsimonia, robándole más suspiros y alguno que otro gemido. Sin poder aguantar más, se baja la ropa interior, el fresco aire chocando con su dureza hace que su piel se erizara. Toma su pene con una mano y empieza a subir y bajar con esta en un lento vaivén, esparciendo el líquido pre seminal por toda su extensión.

La imágen del maknae aparece en su mente a la vez que aumentaba el ritmo de su mano, ese chico lo calentaba como el infierno. Se imaginó al menor luego de una dura práctica, sudando, la ropa pegándose a su trabajado cuerpo…

— A-ah… Jungkookie…

Gime sin poder contenerse, quería tener al menor sudado, pero por otras cosas. Lo necesitaba encima suyo, penetrandole con fiereza y besando sus labios con ternura.
Con su mano libre busca su entrada y mete un dedo, gimiendo por esto. Muerde sus labios con fuerza, tratando de acallar los sonidos que escapaban de su boca, después de todo, el resto de los miembros estaban en la casa. Deja de masturbar su pene para dar más atención a su entrada, metiendo otro dígito en ella. Aumenta la velocidad y con la respiración agitada pone una almohada en su cabeza, mordiendo esta con fuerza para no gemir.

Tres suaves golpes se escuchan en la puerta de la habitación la cual, gracias al cielo, tenía traba.

— Yoongi Hyung, la cena está lista, Seokjin Hyung dijo que baje.

La alegre voz de Jimin suena del otro lado, haciendo que Yoongi mascullara varias maldiciones por lo bajo. Carraspea para que su voz no delatara la excitación que sentía y suspira para luego contestar.

— bajo en un momento.

Siente los pasos del menor alejarse y vuelve a maldecir. Se levanta de la cama y busca sus bóxers, su pene le dolía, no había podido terminar y ahora debería bajar su problema con una ducha fría, de ninguna manera iría con una erección a comer.

Se coloca cualquier prenda a la mano y corre hacia el baño. Por suerte, en los pasillos no había nadie y llega sin problemas a su destino. Se encierra en la habitación y abre la canilla de agua fría, desnudandose antes de entrar. El contacto entre el agua y su tibia piel hizo que un escalofrío le recorriese de pies a cabeza. Mira hacia abajo notando como su pene empezaba a bajar. Suspira y apaga la ducha, agarra una toalla limpia para envolver su delgado cuerpo en ella. Sale del baño mirando hacia ambos lados, al no ver a nadie vuelve a su habitación y toma ropa interior nueva, un pantalón corto negro y una remera… La cual nota que no le pertenecía. La mira confuso y lleva la tela a su nariz. Su sorpresa fue notoria al darse cuenta que el perfume que esta portaba no era de nadie más que del dueño de sus fantasías, Jeon Jungkook.

¿Cómo había llegado esa remera allí? Esa pregunta rondaba por su cabeza. Decidió pasar el tema y ponerse la remera. Baja al comedor en donde ya se encontraban el resto de sus compañeros.

— ¿por qué tardaste tanto, Yoongi?

Le pregunta el mayor de bangtan.

— me fuí a bañar, hyung.

Contesta con simpleza para sentarse y empezar a comer su comida, esta ya se encontraba algo tibia por su demora en el baño. Mira hacia el frente, encontrándose con la penetrante mirada del maknae, este se mordía su labio inferior con sutileza, observando la remera que tenía puesta. Un leve rubor pinta las mejillas del pálido y vuelve a centrarse en su comida, aún sintiendo la mirada de Jungkook fija en él. Su cuerpo estaba subiendo de temperatura, y no precisamente por fiebre, por lo que se levanta repentinamente y con cualquier excusa se retira de manera veloz a su habitación.

Maknae. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora