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Jin Liwei llevaba a Iris en sus brazos como una princesa... no, como su reina. 

La llevó como si fuera su tesoro más preciado, la distancia desde el ala del solárium hasta su habitación era muy grande, pero él insistió en llevarla hasta el final.

No ayudó que lo estuviera besando y acariciando por todas partes, sentía que estaba ardiendo en un delicioso fuego todo el tiempo que caminaba mientras la cargaba, necesitaba su agua para apagar su fuego... pero aún no.

Finalmente llegaron al dormitorio, las luces estaban apagadas pero la luz de la luna proyectaba un brillo suave y soñador en su interior. 

Largas sombras bailaban mientras las nubes oscuras se movían para obstruir y revelar la luna en misteriosas ondulaciones.

La dejó sobre sus pies, por unos momentos, solo se miraron el uno al otro.

-Eres tan hermosa ―susurró.

Parecía sonrojada, con los ojos llenos de deseo, su cabello enmarcaba su rostro pequeño y atractivo como la seda de medianoche, su largo vestido blanco revoloteaba con cada pequeño movimiento. 

Bajo la luz de la luna, se volvió aún más hermosa.

No podía creer que una mujer tan increíble fuera suya.

Fue Iris quien se movió primero, ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello, tirándolo hacia abajo mientras se ponía de puntillas para besarlo.

El beso fue lento y sensual, se saboreaban como si tuvieran todo el tiempo del mundo, sin embargo, las llamas del deseo dentro de sus cuerpos solo ardían más cuanto más se besaban, su respiración se aceleró, su beso se volvió más hambriento.

-Cariño... ―sus brazos se apretaron alrededor de su cuello y presionó su cuerpo con más urgencia contra él. 

Sus ojos en silencio le preguntaron... le exigieron.

El deseo se enfureció con toda su fuerza cuando vio su expresión, él sabía lo que ella quería. 

Él también lo quería, por supuesto, tanto, pero...

-Bebé, todavía no estamos casados. ―Oh, el autocontrol que necesitaba para decir estas palabras.

Ella frunció los labios hacia él, disgustada. 

-Estamos comprometidos ―respondió ella.

En su mente, se libraba una feroz batalla entre Liwei el Ángel y Liwei el Diablo.

Angel Liwei: Espera hasta que te cases, hará que el momento sea más especial.

Devil Liwei: Ella lo quiere, tú lo quieres. ¿Por qué esperar? Ya estás comprometido. ¡A por ello!

Angel Liwei: Esperar el momento adecuado, su noche de bodas, aumentará la anticipación que tienen el uno para el otro, a su vez, será más placentero para ambos cuando finalmente lo hagan.

Devil Liwei: ¿Eres estúpido? ¡El momento correcto es ahora! ¡Si continúas esperando más, en lugar de aumentar la anticipación, ambos morirán de frustración!

Jin Liwei continuó debatiendo dentro de su mente. ¿Deberían esperar? ¿O deberían hacerlo ahora?

Al final, fue Iris quien decidió por los dos, ella perdió la paciencia esperando su respuesta, mientras él estaba allí aturdido como un estúpido idiota, sus manos se pusieron a trabajar desabrochando su camisa.

Finalmente recuperó sus sentidos, él le cogió las manos. 

-Bebé, espera.

-Cállate.

H. G. W. I. A S. |2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora