-Creo que te faltó preguntar quién se opone-. Le dijo Samuel a Rubén, mientras realizaba la misa.
Todos hacían ruido, todos murmurando, otros sollozando por la ceremonia
-Así es, te faltó preguntar quién se opone-. Dijo en un tono serio, y con una voz tan grave y profunda que se escuchó en toda la iglesia, haciendo qué todos los invitados quedaran en silencio total.
Rubén lo mira, nervioso, y parpadea muy seguido mientras baja la mirada hacía la biblia que sostiene en sus manos.
-Uh... Claro, uhm, quién decrete que está union no deba llevarse acabo que hable ahora o calle para siempre-. Rubén mira a todos en la iglesia y se centra en la persona que camina por en medio de la iglesia, con el cabello largo y peinado hacía arriba, con los piercings puestos y con un elegante y hermoso traje, realmente parecía modelo de revista, se acercaba gruñendo, con el ceño fruncido y con pasos molestos que retumbaban con el eco.
- Pues yo ¿¡Quién más?!
- R-Raul, ¿Pero que estás haciendo?-. Dijo Borja mientras sostenía las manos de Lana. Ésta lo mira preocupada pero él aprieta sus manos en seña de que todo está bien.
Auron se acerca al altar, mientras mira a Luzu con una mirada llena de rabia y conteniendose a llorar.
- ¿Que demonios haces tu Borja? Te atreves a mentirme, te atreves a no invitarme a tu boda, cómo esperabas que no me diera cuenta si todo el maldito pueblo hablaba de lo mismo, ¡de tu estúpida boda! ¿Que acaso jamás te importé?...
Olvídalo-. Dijo mientras apartaba la vista y restregaba una mano por su rostro terminando con su barba.
Mira a el padre y le exige que la boda no puede efectuarse ya que Borja no había sido sincero con su futura esposa.
Raúl opta por dejarle claro todo a Rubius y se retira, azotando las puertas de la iglesia.
Lana mira a su futuro esposo con tristeza y con confusión, lo suelta de las manos, se toma el vestido para que no le estorbe en su andar y decide irse de ahí lo más pronto posible. El novio solo mira a todos los invitados mientras su respiración se agitaba, voltea a ver al padre mientras éste baja la biblia y la coloca en el atril.
El novio se acomoda la corbata y decide irse de la iglesia.
Luzu al salir de la iglesia unas cuadras más adelante se encuentra con Auron mientras éste fuma un cigarrillo, aspecto que el más alto desconocía de el, tanto que se extrañó al verlo pero no le dio importancia.
Se acerca a él y éste le tira el cigarrillo
-¿Eres imbecil o que demonios te sucede?-. Lo miraba exigiéndole una respuesta
-El imbecil aquí eres tú, ¿Que demonios, es que ya no soy nada para ti? Te resultó tan sencillo simplemente no hablarme, evitarme a toda costa e irte a casar con una cualquiera-.
-Yo hice las cosas bien contigo Raúl, lo hice todo bien
-Ah si? No abrirme la puerta cuando quería preguntarte cómo estabas es hacer las cosas bien?
Borja se sonrojo al recordar que realmente si había hecho las cosas mal pero sentía que tenía muchas razones para justificarse.
||Años atrás||
Raúl y Borja eran cómplices de vida, todos notaban la conexión tan buena que tenían, Luzu lo apoyaba en cada cosa que el hiciera, incluso cuando Auron se metía en problemas con los demás el siempre estaba para hacerle compañía y apoyarlo, jamás lo había dejado solo.
Viajaron muchas veces fuera de el pueblo, visitaban centros turísticos, museos, la vida se había vuelto toda una aventura junto a Raúl. Eran muy unidos, y eran los mejores amigos, al menos era el mejor amigo que Alejandro había visto en la vida de Borja.
Hasta que éste mismo comenzó a sentir algo más que una amistad con Auron, cada que se intensificaba sus sentimientos más difícil se volvía tenerlo frente a el, pero a medida que se volvía más difícil, se volvía más emocionante la idea de compartir un nuevo día con el.
Cada noche Luzu se recostaba en su cama, y pensaba en Auron, pensaba en su mirada, su cabello, su risa, todo aquello hacía que su cara se tornara color rojo.
Tapaba sus ojos con sus manos mientras soltaba uno que otro chillido de emoción. Auron no estaba siendo la excepción en sentir algo, o al menos eso parecía, siempre estaba pendiente de el, a veces llegaba con algunas flores a sus puntos de encuentro. Y de hecho esa misma noche le llevo un ramo junto a un pequeño peluche de cerdo, que a Luzu le encantaban.
Durmió como un bebé, sentía ya la seguridad de que sus sentimientos ni estaban siendo del todo ignorados, era algo que le enternecia el corazón, que me doblegaba la existencia entera.
Al día siguiente Luzu se despertó abrazando la almohada, se sentí mientras tallaba sus ojos y bostezaba, era un fin de semana, sabía que era un día que probablemente lo pasaría con Auron, la emoción hizo que abriera sus ojos completamente, mijo sus labios con su lengua y se estiró mientras soltaba una risa emocionada.
Se puso sus sandalias y se dispuso a salir un poco para romar aire fresco, pero antes de nada se percató de que había correspondencia, encontró en su buzón una carta de su especial amigo diciéndole lo mucho que lo quería, lo mucho que agradecía todo lo que había hecho por el durante los meses pasados y junto a la carta dos entradas para el cine. Estaban en épocas de cine retro, y lo estaba invitando a una función de Star Wars.
Luzu se preparó y salió de su casa a la hora perfecta para no retrasarse ni un segundo.
Cuando llegaba al punto de encuentro Auron ya se encontraba esperándolo, voltea y lo ve caminando.
-Hey Luzu, mi niño! Demonis priza- Le decía mientras agitaba su mano en seña de saludo
Luzu se apresuró a llegar con el y se saludaron. El día fue de maravilla, la película perfecta como siempre, pero salieron cuando ya estaba oscuro, Auron pidio un taxi y los dos subieron. Luzu dio su dirección primero y se dirigieron a su casa.
En la entrada a la casa Auron le agradece por el día tan magnífico y se dispone a retirarse.
-R-Raul! Espera-. Dice mientras su rostro de sonroja
-¿Que sucede? -. Lo mira extrañado .
-Raul yo... Yo he estado pensando esto desde hace mucho tiempo, casi desde que comenzamos a profundizar en nuestra amistad, y realmente creo que es tiempo de decírtelo. Así que, te pido de tu tiempo y que me escuches atentamente.
Raúl lo mira desde abajo de las escaleras, se endereza y sube los suficientes, un poco más que luzu para quedar a la misma altura.
La luz de la luna y de las estrellas los iluminaban, ni podía haber momento más perfecto.
-Raul...
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Muchas gracias por llegar hasta aquí, subire mas capítulos, está pareja es simplemente perfecta <4
