Llevaba horas esperando.
Su pareja había salido de copas al parecer con sus amigos y aún no llegaba.
Se sentía miserable.
En medio del gran colchón que pocas veces usaban al mismo tiempo, cuando él llegaba a dormir su pareja salía y vicersa, a pesar de vivir juntos se veían menos que cuando no lo hacían.
Apretó con fuerza la sábana que cubría su frío cuerpo, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro.¿No debería estar feliz?
¿Sentirse amado estando en su relación?
Soltó un lastimero suspiro y después de unas horas, cayó dormido.
Despertó con los únicos pensamientos de que debía mejorar.
Tal vez todo lo que estaba pasando era su culpa, tal vez si él se esforzaba un poco más con su amado, las cosas estarían bien.Se removió con pesadez y por primera vez en meses sintió la calidez de un cuerpo a su lado.
Una leve sonrisa se hizo presente en su rostro, el pelicafé estaba tumbado entre la sábana, con un pie de fuera y leves ronquidos saliendo de sus labios.
Se colocó de pie y la ropa del contrario estaba regada por la habitación, sin quitarse los ánimos de encima, comenzó a recoger las prendas con calma, entre sus manos estaban ya los calcetines y el pantalón de vestir, sólo faltaba la camisa.
Paseo la mirada por toda la habitación hasta que dio con un bulto blanco, perfecto.
Ajeno a la situaciones en las que se envolvió su pareja anoche y con toda la ilusión del mundo, tomó la prenda con cuidado mientras pensaba en que hacer para desayunar.
Entonces lo vió.
El cuello de la que antes solía ser cándida y pura camisa, estaba llena de rastros rojos, decorando, arruinando no sólo el color blanco.
Siempre la habían comentado de indicios, pruebas de que alguien ya no quería estar más contigo y comenzaría a buscar un alguien que si le hiciera feliz.
Y ahora que lo pensaba, todas esas pistas siempre estuvieron en su cara, pero no quiso verlo.Esto era su culpa.
Se sentía asqueado mientras más seguía sosteniendo la ropa del que hace meses proclamaba amarle, tiro todo al suelo y salió corriendo al baño, azotando la puerta tras de él e inclinandose de inmediato al váter.
Con restos de vómito entre sus labios, mezclándose con las lágrimas que caían sin cesar, le escuchó.
─¿Raúl? Joder... cállate, estoy durmiendo.─ medio grito el contrario.
Y entonces lo sintió.
Algo se rompió.
Le había dado todo, absolutamente todo lo que tenía y era, no había dudado nunca de él, a pesar de lo que todos pudieran decir nunca se alejó de su lado porque le quería.
Por encima de todo y todos no desistió con él y tal vez, ese había sido su error, por eso esto era su culpa.
Si no fuera por haber insistido en amar a alguien como él, ahora mismo no estaría doliendole tanto.
Con los restos de todo en su cara, salió ruidosamente, haciendo que el chico medio dormido se removiera.
─Raúl... tuve un día de mierda ayer, comportate y sal de aquí.─ cada palabra le dolía un poco más, ¿cómo habían llegado a esto? A pesar del dolor provocado en su interior, solamente expresó una pequeña sonrisa rota, invisible para el contrario.
ESTÁS LEYENDO
The Good Demon ⌈AuronBowl⌋
RastgeleParte dos de The Evil Baby, un recopilatorio de historias enfocadas en el Auronbowl. En esta ocasión no sólo se manejará la perspectiva de Auron, en algunos one shot's se podrá ver relatada una trama desde la persona que haga de protagonista junto a...