Capítulo 13: Separación

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NARRA ESHNE

Estuvimos en el mar sin comida ni agua, por tres semanas. Logramos llegar a un pequeño puerto dónde nos alojamos. Todo iba muy bien hasta que una noche oí truenos, pero no había nubes.

Eshne: Iroh ¿oíste eso?

Iroh: La derrota de este joven en una partida de Pai Sho.

Eshne: No, es enserio, no hay nubes y se escucha caer los relámpagos –miró al horizonte

Iroh: Debemos mantenernos alerta.

Esa misma tarde, después de un paseo, Azula apareció en el pequeño cuarto donde nos quedábamos

Azula: Que bueno es verlos otra vez

Zuko: ¿Qué haces aquí?

Azula: Gracias por tu cortesía, hermano, pero no vengo aquí a saludar, vengo a decirte que nuestro padre quiere que regresen. Tú, Iroh y, aunque Eshne no tiene sangre nuestra, también quiere que regrese a casa.

Zuko: ¿Mi padre quiere que regrese?

Azula: Al parecer se dio cuenta de la importancia de la familia y quiere que estemos reunidos ¿Qué dices?

Iroh: No creo que mi hermano cambie de opinión

Azula: ¡Cállate, tío! – trató de respirar – Yo sólo traigo la noticia, por la mañana vendré por una respuesta

Eshne: Ni soñando –susurré y tal vez escuchó porque me miró de reojo y vi en sus manos una joya, pero no la distinguí

Zuko y Iroh tuvieron una discusión acalorada, yo me limité a ver, no tenía el derecho de meterme en esa discusión, pero por la mañana Iroh me dijo que debíamos ir con Zuko

Zuko: ¿De verdad vendrán? – dijo con emoción

Iroh: la familia debe estar unida

Eshne: Y nosotros somos tú familia. – Fuimos a la costa y todo parecía en calma, pero siempre hay alguien que arruina hasta el más perfecto plan.

General: ¿Lista para partir, princesa?

Azula: Es momento de ir a casa ¿no es así, hermano? – Zuko parecía contento.

General: Eleven anclas y escolten a los prisioneros – ¡Bum! Te tengo, maldito. Volteé a verlo y cuando trató de atacarme, con su propio fuego, lo inmovilicé. Iroh hechó al agua a los soldados y Zuko fue contra Azula

Iroh: ¡Nos vamos!

Eshne: Zuko sigue arriba. Yo me encargo de los soldados, ve por él.

No tarde tanto en subir y vi a Zuko en el piso y a Azula creando un rayo, peor Iroh lo desvió y lanzó a Azula al Agua, antes de irnos vi en el suelo la joya que tenía Azula y sin más, la guardé.

Corrimos un buen rato hasta que no pudimos más. Nos sentamos a la orilla de un río y Zuko sacó la navaja que Iroh le regaló cuando éramos niños. Debíamos deshacernos de nuestro pasado. Zuko se cortó la coleta al igual que Iroh y luego me cortaron a mi el cabello, al nivel de los hombros.

Pasamos poco más de una semana escondiendonos en el bosque. Iroh experimentaba con cada planta que veía y Zuko trataba de conseguir comida. Yo cuidaba que ninguno de los dos se hiciera daño, pero con Iroh era difícil porque con todo quería hacer té.

Iroh: No había querido preguntar, pero ahora que, probablemente me asfixie por la hierba venenosa, quisiera saber que es lo que recogiste del barco de Azula

Eshne: ¿Ah? – traté de negar – No recogí nada de su barco

Iroh: Claro y yo no tengo salpullido.

~En el Fuego~ [Zuko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora