Capitulo III: Responsable

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Otra vez desperté, estaba en una cama parecida a la cama donde desperté, pero la decoración eran diferentes y el tamaño también. Miré a mi alrededor, está vez me encontraba solo. Eché un vistazo a la habitación; grande, digna de una mansión.

-¿Cuánto he dormido está vez?
-Menos de 6 horas porque yo sigo aquí.

A mi lado se encontraba alguien que no había visto antes, bueno, alguien...

-Hacía tiempo que no nos veíamos.

Apareció por primera vez cuando era pequeño, se podría decir que es una amigo imaginario, pero con el pasar de los años continuó ahí. Pensé que por fin me había deshecho de él. Es una historia que prefiero no recordar.

-Ya nos hemos visto, adiós.
-Y esa frialdad, ¿ni un abrazo? ¿Por qué no quieres verme?
-¿Por que crees? Ya tengo 14, eso de ver alucinaciones no es muy sano y además eres muy molesto.
-Ya... Te recuerdo que prácticamente soy tú.
-¿Podrías cerrar la boca?
-Estoy dentro de tu cabeza por lo que no necesito mover los labios para hablarte, ni siquiera tengo cuerpo real.
-Eres estresante.
-¿A si? ¿Y gracias a quién superaste los traumas de la infancia?
-Los psicólogos y algunas pastillas. Sabes que, te voy a ignorar. Han pasado más de 2 años, ya no te necesito.
-¿Entonces porque estoy aquí? Creo que estás pasando una situación ligeramente estresante.
-... Fuck.

Ignorando a mí "amigo" volví a la habitación. No estaba muy llena que digamos. Una cama, una mesilla de noche, un armario vacío y un escritorio con algunos libros encima.

Antes de ir al escritorio caminé hasta la puerta y vi que tenía seguro, cerré la puerta e hice lo mismo con la ventana. Luego cerré las cortinas para que no se pudiera ver nada desde fuera, aunque era bastante inútil, ya que estaba en el segundo piso y lo único que se vería desde abajo sería el techo. Una vez hecho eso me acerqué al escritorio y me senté en la silla.

Cogí un libro al azar y miré la portada. Eran unas letras que no había visto en mi vida pero por alguna razón era capaz de entenderlo.

-Enciclopedia de animales.
-¿Cuándo has aprendido ese idioma?
-No lo he hecho, simplemente lo sé.
-Te imaginas que hay monstruos, eso molaría. El rey ese dijo algo sobre un demonio ¿no? Quizás hay diablos, ángeles y monstruos.

Abrí el libro más o menos por la mitad y acabé en una página donde había dibujos de serpientes y a su lado una descripción. No me interesaba el leer sobre animales en ese momento, pero me di cuenta de una frase en la descripción.

"Tamaño medio: 20 metros."

Fue entonces cuando cerré el libro y lo aparte de los demás para no abrirlo nunca más. Odio las serpientes.

-Sam, ¿estás despierto?

Escuché la voz de la hija del rey, pero está vez era diferente, era más normal. No me interesa hablar con ella, mejor la ignoró hasta que se vaya.

-¿Esa no es la hija del rey? ¡Si él está despierto!
-Sabes que no te puedes escuchar, ¿Verdad?
-Eres la única persona capaz de escucharme, ¿te crees que eso me gusta?
-Tú no eres más que un producto de mi imaginación.
-Eres muy malo, tengo sentimientos sabes.
-Te vas a ir en unas horas y con suerte no volverás nunca.
-Mientras estés solo volveré, no lo olvides. Oye, ella no se marcha.
-Solo hay que esperar.

Soy un héroe, a mi maneraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora