NARRA SESSHOMARU
Pocas veces en mi vida, me sentí feliz. Creía que el dinero, la satisfacción de un nuevo proyecto, y ejercer dominio absoluto a mi rededor, era justo lo que merecía...
Cuan jodidamente equivocado estaba.
Mi padre luchó para forjar a un hijo de el cual se sintiera satisfecho y orgulloso. Un hombre en cual podría dejar todo aquello por cuanto luchó y sabía que ese hijo continuaría con la lucha por el resto de sus días...
El imperio Taisho, nunca debía de caer, siempre debía de estar en la cima... Y lo logré.
Más allá de aquellos pensamientos banales, de aquellos deseos efímeros, de aquellas luchas constantes, logré crear mi propio imperio... Mi familia.
Aceptarlo no fue sencillo, porque un Taisho no se podía quebrar, no se podía rajar. Un Taisho no podía estar a merced de un puto y egoísta sentimiento...
Un Taisho jamás debía llorar por una mujer. Un Taisho siempre estaba rodeado de piernas, de coños húmedos y de tetas que bailaban al compás de cada embestida.
Un Taisho era el deseo inalcanzable de toda mujer...eso era lo que yo creía. En mi mente guardé ideas directas, prácticas y contundentes...
Razón siempre al frente de el corazón.
Negocios, viajes, dinero, mujeres, lujos y todo cuanto hombre desearía obtener, esa era mi prioridad...
Pero qué puto cabron puede llegar a ser el destino.
Cuando aquellos pequeños brazos me rodearon y su boquita se abrió para llamarme papá, comprendí que no hay regocijo más grande que verte crecer de nuevo en tu hijo.
Sus labios besaban mis mejillas y sin césar me confesaba lo mucho que me había extrañado
¡Joder! Como lo amo.
Mientras caminaba con mi hijo en brazos hacia ella, sentía que flotaba, que solo existiamos los tres. Sus ojos azules me veían tímidos, su boca pequeña entreabierta y sus mejillas rosadas me recordaron el porqué me tenía tan locamente enamorado.
Cinco años, cinco putos años luchando contra los monstruos internos que me atacaban todas las noches. Me sentía inútil, estúpido y frustrado...
En aquel pasado, la única mujer en la que confíe me había decepcionado, me había engañado, dejándome seco, sin nada qué ofrecer cuando la chiquilla que conocí, me lo dio todo.
Sabía que la lucha no sería fácil, aún así por ella lo logré... Aquel Sesshomaru tosco, amargado con la vida, debía morir...
Mis heridas fueron sanando poco a poco y las cicatrices que quedaron, solo son una prueba de lo que el verdadero amor puede hacer... Curarlo todo.
La observo fijamente... Ha cambiado mucho. Su rostro ha madurado, su cabello luce más largo y las hondas bailan ligeramente por causa de el sutil viento otoñal.
Saludé a Kohaku y Rin, aquella mujer que me hacía la vida de cuadros siempre que le veía, me abrazó fuertemente y me besó la mejilla.
Le entregué a mi hijo para acercarme a ella.
— Ho...hola — me saludó nerviosa y sonrojada.
—¿ Es todo lo que me dirás? — le cuestioné arqueando una de mis cejas.
Pareció sorprenderse y su fino rostro se cubrió de un rojo intenso.
Al diablo el protocologo de bienvenida.
La sujeté de la cintura y la pegué a mi cuerpo. Ella dejó escapar un pequeño grito de sorpresa. Los zapatos que usaba eran lo suficiente altos para que nuestras bocas se unieran sin ningún esfuerzo...
Joder, solo Dios sabe cuánto extrañé el sabor de sus labios, la calidez de su boca. Nos besamos lentamente hasta que nuestros pulmones nos exigieron aíre.
Cuando nos separamos, me sonrió tiernamente y acarició mis mejillas con sus manos temblorosas.
Sé lo que estaba pensando, porque yo también creía que lo que estaba viviendo en ese momento era un sueño... de el cual, no quería despertar nunca.
Kohaku y Rin se llevaron a Toga al parque de juegos infantiles para regalarnos un poco de intimidad y realmente le estoy agradecido por ello porque en este justo momento me deleito con la desnudez de Kagome.
Mis ojos descienden lentamente hasta sus pies y ascienden nuevamente hasta sus labios.
Me desvisto rápidamente para volver a besarla. El beso se vuelve más intenso, más demandante.
Nuestras necesitadas emociones surgen como hondas expansivas perlando nuestros cuerpos de un sudor frío. La acuesto en la cama y me poso en medio de sus muslos.
La penetro lentamente... Quiero disfrutar cada centímetro de su interior, quiero gozar cada pálpito de sus entrañas... El vaivén lento nos tortura a ambos y la habitación se llena de gemidos placenteros, de jadeos excitantes.
Su cuerpo encaja perfectamente con el mío... No hay duda de que fuimos hechos el uno para el otro.
En mi corazón no cabe tanto amor, es como un río desbordado que corre sin rumbo fijo...
La necesito, necesito todo... Yo, simplemente doy mi vida por ella.
Ahora está sobre mi, cabalgando dulcemente como solo ella puede hacerlo. Los movimientos ágiles de sus caderas me están nublando la razón.
Mis manos se aferran a sus redondos y firmes senos, ambos bailan al compás de cada arremetida... Su boca entreabierta, sus ojos cerrados, sus gemidos...
oh, Dios... Sus gemidos.
La sujeto de las caderas y la guío rápidamente, logrando que ella siga el ritmo que deseo...
Entra y sale... Entra y sale hasta que somos golpeados por las sensaciones placenteras de el orgasmo, cae sobre mi pecho sudado jadeando y yo la abrazo con fuerza.
Le acaricio el cabello y pronuncio aquellas palabras que debí decir hace muchos años atrás.
— ¿Quieres ser mi esposa?
Se levanta de golpe y me observa como si tal lo que oyó nunca salió de mi boca.
Sonrio por su expresión aterrada, entonces introduzco mi mano debajo de la almohada y saco una pequeña cajita, la abro y ella se lleva ambas manos a la boca.
— Te quiero mía por la eternidad ¿Aceptas?
— Sesshomaru.
Está llorando... sé que son lágrimas de felicidad.
— acepto.
Contesta. Cojo el anillo y le tomo su mano izquierda y lo coloco en su dedo anular...beso el diamante y la jalo para saborear una vez más sus labios...
— Te amo señora Kagome de Taisho.
------
¡Siiii!
Aunque solo lo adapté al Sesshome realmente me pareció una historia hermosa. Muchas gracias nuevamente por estar apoyando mi loca imaginación. Le estoy sumamente agradecida.
ESTÁS LEYENDO
Sexo, Sudor y Lágrimas (Versión Sesshome) TERMINADA
FanfictionTaisho Sesshomaru... Un reconocido empresario, quien recientemente ha perdido a su joven esposa en un accidente aéreo, toma la decisión de viajar a Kioto y sumergirse por completo en los negocios, sin embargo, él no se imagina lo que el destino le t...