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Lo que restaba del fin de semana lo pasé con Lisa, me encantaba pasar tiempo con ella; hacíamos de todo.

Hoy iría a dejarla al aeropuerto ya que sus padres estaban en Bora Bora y ella había quedado que los alcanzaría luego de la fiesta. Iba a extrañar a Lisa, más en la situación en la que me encontraba.

–Puedes ir conmigo y lo sabes, solo es cuestión de que atrasemos el vuelo– Quería con todas mis ganas desaparecer de la gran manzana por unos días y eso haría pero no me iría con mi mejor amiga.
–Lis, ya le prometí a mamá ir a Tennessee por la semana del vino, mi padre será el anfitrión y no puedo faltar– Mi amiga hizo un puchero.
–Me encantaría ir contigo ¿sabes?, a ese festival va una cantidad de chicos hermosos y ya hace falta un Adonis en mi vida.
–Ni me lo digas, yo ya estoy cansada de esos Adonis que dices tú.
–Entonces un Dios griego– dijo mi amiga moviendo las cejas de arriba hacia abajo.
–¡Lisa!–Dije a manera de regaño, la verdad era que había leído tantas novelas en las cuales siempre el protagonista era un Dios griego que la idea parecía tentadora sin embargo, Adrien aún estaba en mis pensamientos, lo sé soy una tonta.
–Bien, bien si tú lo dices. Sabes que voy a extrañarte mucho Aria y sé que me voy de viaje en el momento menos adecuado.
–Tranquila Lisa recuerda que yo también me voy de viaje. Ahora sigue con tu maleta que se nos hace tarde.
–Ya hasta suenas a mamá.

Ayudé a Lisa con sus maletas y nos encaminamos al aeropuerto, cuando llegamos a este, esperamos unos minutos e hicieron el llamado del vuelo de mi amiga.

–Voy a extrañarte mucho Ari.
–Solo te vas por dos semanas Lis, no moriremos.
–Ash! Tu siempre quitándole el romanticismo a las cosas.
–Si, si como quieras.
–¿Estarás bien cierto?
–No puedo prometerte eso después de lo qué pasó pero trataré.
–Disfruta Tennessee con tu familia y trata de olvidar todo ¿de acuerdo?
–Me harás llorar, lo haré y tú disfruta tus vacaciones.

Dicho esto nos dimos un reconfortante abrazo y ella caminó hacia él área de abordaje de repente se giró y gritó:

–Me saludas a tus padres– Asentí y vi como se alejaba.

Yo me iría hasta mañana por lo cual tendría que volver a mi apartamento y prepararme, la verdad tenía miedo de encontrar a Adrien en la puerta de este, ya que estaba segura que se pondría a darme miles de excusas, las cuales sinceramente no quería escuchar en este momento.

Manejé hasta mi hogar y el alivio recorrió mi cuerpo cuando vi la entrada de este despejada, procedí a bajarme más desganada que de costumbre. Al entrar todo estaba intacto, mi apartamento era pequeño pero bastante reconfortante; me senté en uno de los sillones aterciopelados que tanto me encantaban y sin querer me quedé dormida.

El sonido de mi celular me despertó, miré el reloj que estaba en la pared, este marcaba las 6:00 pm. busqué mi cartera y saqué rápidamente mi celular pero antes de que pudiera contestar la llamada se cayó, para mi suerte la pantalla del celular se encendió marcando una nueva llamada entrante, me fijé quien insistía tanto y para mi agrado la palabra "mamá" sobresalía en la pantalla.

–¿Hola? ¿Mamá?
–¡Hija! Casi nos matas del susto.
–Lo siento mamá, estaba dormida.
–Entiendo, tu padre me ha dicho que vienes mañana. Dime qué no me mintió– Maldije  mentalmente pues se suponía sería una sorpresa para mi madre, sin duda alguna le diría a mi padre cuando llegara a Tennessee.
–Sorpresa mamá.
–Oh! Hija! Sabes cómo es Robert con las sorpresas, actúa muy extraño y fácilmente lo sobornas con lasaña– Había olvidado ese dato.
–Ahora me doy cuenta mamá.
–Bien, solo quería decirte que vengas con cuidado.
–Sí mamá, no te preocupes.

El Otro Lado Del AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora