Venezuelan Roomies

25. ¿Robhoa o Ainbert?

Ainhoa's P.O.V

— Espero que ninguno de ustedes le haya dicho a Apolo que haga alguna estupidez en su primera salida con Laya —Digo llegando con las muchachas a donde están Erick, Luisma, Sebastián y mi crush.

Es decir, estamos tras unas matas viendo como Apolo y Aaliyah caminan a la camioneta de él.

¡Le abrió la puerta del carro! ¡Qué lindo!

— Define estupidez —Pide Erick volteando a vernos al igual que los demás.

— Definimos estupidez como... Besarla en la primera cita —Responde Alysia y Anisha concuerda con ella.

— ¿Qué tiene de malo besar en la primera cita? —Pregunto al unísono con Robert y ambos reímos.

¡Ay, que bello!

— No tiene nada de malo, pero se conocen hace más o menos un mes. Es mejor que aguante y piense con la cabeza de arriba porque va a espantar a la carajita —Aclara Anisha.

— ¿Qué tal si vamos a comer algo? —Pregunta Luisma mientras saca las llaves de su carro.

— Si va, pues. Anisha paga —Dice Erick dirigiéndose a lo que creo que es un Corolla, pero de modelo diferente al de Ally y color azul brillante.

Si no me equivoco, Anisha temprano mencionó algo sobre que ese es el carro de su mamá, ya que Erick no tiene carro.

— ¿¡Excuse me!? —Exclama Anisha mirándolo con una ceja alzada.

Luego de que Anisha le entre a coñazos a Erick por chistosito, y lograr que prometa pagarle su comida a ella, discutimos un poco porque Alysia, Sebastián y Luis Manuel quieren comer pizza mientras que Anisha, Erick, Robert y yo queremos empanadas.

Acabamos ganando nosotros por ser mayoría.

Estoy por subirme al carro de Ally —que nos trajo a todas hoy— cuando me jalan por el brazo y, antes de yo darme cuenta, estoy sentada en el asiento de copiloto de un Aveo negro brillante.

Sé poquito de carros. No me pidan que especifique cada detalle del modelo.

— No entendí —Mascullo cuando cierran la puerta sin que yo siquiera logre ver quien me metió aquí— ¡No entendí! – Me altero más cuando Robert se sube de piloto - ¿¡Te pica el culo, chamo!?

Yo sé que este es el que me mueve el piso, el que me trae con la jeta abierta, el que me parte la galleta, pero tampoco hay que demostrarlo, we.

— Tú y yo vamos a hablar, capaz cuadramos, y ya después si quieres, vamos a comer —Yo lo miro enarcando una ceja—, pero de este carro no sales hasta que pongamos todas las cartas sobre la mesa, porque tanto tú como yo nos hemos dado cuenta de la tensión que hay entre nosotros. Así que, tú decides. ¿Quién habla primero?

— ¿Se supone que así es como cuadras con las chamitas? ¿Alguna vez te ha funcionado? —Le pregunto divertida

— Es primera vez que una chama no me dice qué quiere directamente. Estoy acostumbrado a que entiendan mis indirectas y me chanceen —Admite como si nada.

— Pues yo estoy acostumbrada a que me chanceen de una, y tú no me has mandado indirectas. —Frunzo el ceño.

— ¡Claro que sí!

— A ver, ¿cuáles? —Me cruzo de brazos.

— Mmm... Bueno... Este...

— Ajá. —Viro los ojos divertida— Nos vemos después, Robert.

Estoy por bajar del carro cuando el muy gafo activa el seguro para niños, me volteo a verlo estilo ¿Es en serio? Y él me ve tipo Muy en serio.