•Acuérdate de mi•

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-ACUÉRDATE DE MI-
Dedicada a LorMurkami

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“Quiero confesarte que ya tengo la certeza, de que tu recuerdo vive dentro de mi piel, tengo un corazón que está perdiendo la cabeza, porque se dio cuenta que ha caído ante tus pies”.

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La vida es injusta, la mires por donde la mires; los seres humanos tienen un afán compulsivo de clasificar todo para poder entenderlo o simplemente temerle por no hacerlo. Las razas y las clases sociales están plenamente marcados desde el inicio de los tiempos; no obstante, el mundo también está sometido a cambios constantes. Hasta hace un  tiempo, la raza dominante a nivel mundial eran los alfas, por tener mayores virtudes que las otras dos clases. Aún así, la mayoría de la población estaba conformada por Betas y Omegas; estas dos últimas solían tener un menor rango en casi cualquier cargo, los que quedaban más abajo, eran los Omegas, a los cuales se les negaban cargos políticos, sociales o incluso servicios público, así como también oportunidades laborales y educativas; por lo que la mayoría constituía la clase baja o pobre. Fue así hasta 1917, en Rusia; la inconformidad social de esta clase mayoritaria le dio un vuelco a la historia comenzando una serie de manifestaciones en oriente y occidente; esto desembocó en la formación de una organización mundial en 1945, para el control de la paz y los derechos de las personas como iguales, sin importar la raza o clase social.

Aún así, los conflictos internos y externos no cesaron con ningún tratado de paz. En el oriente, algunos países optaron por implementar ciertas medidas y normas radicales para disminuir los crímenes violentos, como en el caso de Japón. Tras del ascenso del primer gobernante Omega al poder, las leyes se volvieron más estrictas en este país.

En 2001 se creó la Ley “Control de Mordida”, el cual obligaba a los alfas a portar un dispositivo que medía sus feromonas, reaccionando al descontrol de este, aplicando un castigo al instante; la instalación de este dispositivo era obligatorio a cierta edad, y podía ser adelantado si se registraba algún altercado de violencia hacia otra clase por el descontrol de su “sangre inestable”. Con esto, la tasa anual de las violaciones, asesinatos y crímenes violentos fue reducido en más de un 65%. Quienes no se atuviera a las reglas, se les aplicaría una mayor condena, en casos extremos, podría ser la castración química, o pena capital. Hubo un periodo en que se aplicaron varias sanciones de ese tipo, algunos lo llamaron una cacería de brujas, y otros lo vieron como una purificación de la población.

O bueno, eso es lo que el libro de historia contemporánea le decía a Akaashi Keiji, era una información que cada persona, medianamente atenta a su alrededor sabe.

Hoy en día, los Omegas y los Betas tenían incluso más oportunidades que un Alfa, la mala fama de la falta de control de su carácter los limitaba a ser contratados para trabajos que necesitan más fuerza física, que destreza mental. Aunque habían familias de alfas que aún se conservaban en la nobleza, la balanza social sólo se inclinaba a su favor en el occidente, donde esta ley no aplicaba y aún existían preferencias hacia ellos como “la raza dominante”.

Gracias a esto, Keiji hoy podía mantener un trabajo estable, pese a la semana de su celo; los avances en la medicina actual le daban la ventaja para mantenerla bajo control, al menos él tenía la fortuna de que su cuerpo aceptara los supresores de buena manera, de tener una estabilidad financiera y familiar aceptables. Era una buena vida, para ser sinceros no había mucho de qué quejarse.

—¿Akaashi?

O eso pensaba, antes de recordar la realidad.

Acuérdate de mi [BokuAka] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora