Blossom 🌸 Itachi Uchiha 🔞

🌸 9

Tn entró al departamento, cerró la puerta y se recargó en esta, soltando un suspiro.

Itachi se había quedado dormido en el sofá y, al oír a la joven llegar, se despertó. Restregó sus ojos y la miró, mientras ella se acercaba.

– Lo siento, te desperté.

– Está bien, no te preocupes –sonrió.– ¿Todo bien?

– …Peleé con Dei.

– ¿Ah?

– Me cansé de él, y él de mí. Se acabó.

– Ya veo. Lo lamento.

– Meh. Que se vaya al demonio –se encogió de hombros.– Íbamos a terminar pronto de todos modos.

– ¿Las cosas no iban bien?

– Sí, pero…con todo lo que pasó, en algún momento iba a terminar por tener que decidirme entre él o Sara. Y…claro, iba a elegirla a ella –bajó la mirada.– Es mi sobrina, lo único que me queda de mi hermana, los novios van y vienen.

– … –sonrió.– Has madurado.

– Lo dudo, pero…gracias –sonrió.

– Será mejor que duermas un poco –se levantó.– Me iré a casa.

– Lamento esto –lo miró.– Y gracias.

– No hay problema.

– ¿Sara comió algo?

– No. Intenté convencerla, pero no funcionó, sólo bebió un vaso de leche tibia.

– Sólo bebe líquidos, pero no quiere comer –frunció el ceño preocupada.– Me preocupa que enferme…o que eso haga que la trabajadora social se la lleve.

– No te preocupes, la convenceremos de comer algo –sonrió.

– Eso espero –sonrió.

– …Bien. Me voy ya. Duerme un poco y…nos vemos mañana.

– Claro. Gracias, y adiós.

– Por cierto, te dejé algo de cenar en la nevera, puedes…calentarla en el microondas.

– G-Gracias –sonrió, con un pequeño sonrojo.

Itachi sonrió, tomó sus cosas y se fue a casa. Cuando escuchó la puerta cerrarse, Tn soltó un largo suspiro y se dejó caer en el sofá, recostada; abrió los ojos con algo de sorpresa al sentir el aroma del perfume que el pelinegro usaba, se acurrucó y sonrió, con un pequeño sonrojo.

– Itachi… –murmuró.

Pestañeó un par de veces y cerró los ojos, quedándose dormida en pocos segundos.

[Día siguiente]

Tn giró, cayendo del sofá. Soltó un quejido y se incorporó, llevando una mano a su frente.

– Mierda… –murmuró.

Tomó su bolso, sacó su teléfono y observó la hora. Maldijo una vez más y se levantó, entró a su cuarto y se acercó a su sobrina para despertarla.

– Sara…Sara, despierta. Nos quedamos dormidas…otra vez.

La niña giró, enterrando la cabeza en la almohada.

– Sara, por favor. Vamos.

– Ya voy… –murmuró, aún adormilada.

– Apresúrate, ¿Si?

La pelirrosa tomó algo de ropa y se dirigió al baño para vestirse y alistarse. Al estar lista, buscó a su sobrina para ayudarla a cepillarse el cabello y tomar sus cosas.