Las palabras de Einar fueron como un cubo de agua en invierno sobre la cabeza de su madre, estás provocaron una mirada que era indescifrable, transmitía varios sentimientos pero a la vez era inexpresiva, el joven lo entendía, Eyra no esperaba que su hijo alguna vez si quiera se plantease regresar a su origen, pero el temor no era porque la dejara sola en tierras inglesas, no, el temor se presentaba debido a lo que podrían hacerle a su hijo al regresar al norte, luego de tantos años sin dudas sería tomado como un sajon.
- Entiendo tu consternación madre, pero es lo que debo hacer, me has contado las historias sobre mi padre y sobre mi hermano, debo buscarlos, si están vivos quizás aún me estén esperando y tengamos una oportunidad de volver con ellos.
Aeduuard y Asher observaban todo ajenos a la situación, no deseaban interrumpir ni tomar parte, pero sabían que ambas decisiones tenían consecuencias.
- No existe esa posibilidad hijo mío. - Respondió su madre, visiblemente triste y con los ojos cristalizados. - No existe razón por la que dejarían a tu padre vivo y tú hermano seguramente viva o haya vivido los días de su vida como un esclavo, ya no existe una chance de volver a ser una familia, lo lamento pero ya no hay nada para nosotros en esas tierras. - Se levantó de su silla y caminó hasta su habitación cerrando la puerta detrás de ella.
Los tres jóvenes se miraron entre sí, la situación era incómoda para los ajenos y dura para el que la había vivido, entendía que su madre podría tener razón pero algo en su corazón le indica que su futuro estaba allí, al otro lado del río, dónde sus orígenes clamaban su nombre.
- Sabes que no me gusta interrumpir o dar mi opinión en asuntos personales pero, ¿Estás seguro de esa decisión? - Consultó Aeduuard colocándose frente a su amigo de espaldas al fuego.
- Sé que seguramente estén pensando que soy un loco, y entiendo las represalias que pueden haber hacia mi persona al regresar al norte, pero mi futuro me lo dijo, los dioses me lo dijeron, allí en el granero, antes que llegaras. - Observó fijamente a Asher. - Un cuervo voló frente a mi, se dirigió al horizonte, esa señal fue de los dioses, debo volver y afrontar el destino que me tienen preparado.-
- Dios, no olvides que solo hay uno.- Aeduuard corrigió de manera cautelosa.
Ambos lo miraron y rodaron los ojos, Asher era creyente pero hace tiempo que le había comenzado a interesar la cultura de su nórdico amigo, por lo cual no concordaba con la idea de corregir cada vez que mencionaba a sus dioses, así como Einar no lo hacía cuando el mencionaba a su Dios.
- Me iré mañana, si mi hermano aún está vivo entonces tengo que buscarlo, no puedo permitir que lo tengan cautivo mucho más tiempo.
- Claro, irás y lo rescataras de una, muy probable, fortaleza protegida por cientos de hombres con un ejército de solo uno, ¿Verdad? Si es así, que magnífico plan.
Asher lo contempló con una sonrisa burlona, sabía que no lo había pensado y por eso lo mencionó, acto seguido se lanzó hacía el tomándolo de la cabeza, colocándola entre sus brazos y riendo.
- Si tú te vas no me dejas alternativa más que irme contigo, alguien tiene que evitar tus planes asquerosos.
Cuando al fin pudo liberarse Einar lo miró fijamente, su cara contenía emoción y rechazo al mismo tiempo, su amigo tenía a su familia, se había criado en estas tierras, ese destino no era el mismo, no podía obligarlo a ir a luchar una batalla que ni siquiera le traería beneficios, era algo que no podía permitirse.
- Realmente lo agradezco pero. - Sus palabras cesaron, pensó lo que debía decir a continuación y prosiguió. - No puedo permitirte luchar una batalla que no es tuya, irte a un lugar donde no puedo asegurar que sobrevivas.
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The Northern Bastion: Raíces del norte.
ПриключенияEinar Simmelhag es un guerrero vikingo criado en Inglaterra debido a que su madre y el escaparon de Noruega cuando tan solo era un niño, ¿la causa? Las constantes guerras civiles en busca de obtener la corona del Rey. Creciendo con un objetivo en me...