Especial. Pág 10

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Este es un especial así que advierto que es largo

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Este es un especial así que advierto que es largo. Ahora, que lo disfruten.
Comentes, me encanta leerles.

Narrador:Madara Uchiha.

Izuna cruzó la puerta de entrada con bolsas de compra entre los brazos, le vi extrañado por eso.

¿Qué demonios hace ahora?

Cuando me vio recostado en la viga de madera al otro lado del recibidor me dirigió una mirada como esperando que le dijera algo. Pero solo me detengo a disfrutar del momento que no imaginé... mi hermano tratando de sostener las compras en las manos mientras se quita las sandalias y me mira.

– Hola Madara... Solo fui a ... hacer las compras. — habló nervioso.

– Eso lo noto. – dije burlón. – Lo que no entiendo es por qué

– Bueno... puede que Fukasa me halla obligado.

Puso al fin las bolsas en el suelo y se tocó el cuello apenado.

– No sé por qué razón la mujer te obligaría a ir de compras pero ella no está aquí y no lo estará por un largo tiempo. – mencioné lo obvio.

– No importa, no quiero que se entere que no le hice caso. Además no me importa ir por compras... es raro que todas las personas se queden viendo pero eso no está mal, da igual.–

– ¿Y por qué razón la mujer te obligó? — inquirí.

– Puede que por accidente ayer me comiera todos los dangos del día de hoy  y ... bueno acepto lo justo, me los como,  lo pago. – yo asentí sin más.

– Bien... no me interesa por qué te comiste los dangos ... lo que quiero saber es de que hablaste con la mujer ayer. – no estuve esperándole solo para que me contara su anécdota de dangos.

Hubo una reacción extraña en mi hermano, me vio asustado y tocó su flequillo para luego sonreír... ¿nervioso?

– ¿Qué? Yo no hablé de nada con Fukasa. ¿Ella te contó algo?

¿Qué le pasa a este idiota?

– No, y ese es el problema. Quiero que me digas de que hablaron.

Él ahora suspiró más tranquilo. ¿Que demonios le pasa?

– A bueno... no sé que quieres oír. Ayer hablamos de muchas cosas y tienes que ser más específico.

Mi molestia era palpable y él lo notó, caminó directo al tatami de la sala y se sentó en uno de los cojínes.
Solo le seguí porque me interesa saber que tiene que decir.

– ¿ Desde cuándo hablas con ella para comenzar? – Izuna me vio desentendido y se encogió de hombros.

– No sé, ayer me encontró comiendo dangos y se me unió... luego de unos palillos de dango y un poco de charla ambos fuimos a dormir. No hay nada que contar.

𝑳𝒂 𝑽𝒊𝒂𝒋𝒆𝒓𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora