Atrapados

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Una tarde resplandeciente en Hyrule, era un día realmente precioso...no para Dark, que odiaba los días soleados, el se dirigía al mercado de a comprar algunas cosas, flechas, pociones y algo de comer, llevaba encima una capa con capucha y una careta negra, Dark era el único que entraba al pueblo de vez en cuando, en cambio Tare  no se había acercado a  en años.

 Ni siquiera había cruzado la pradera o visitado el rancho, lo había dejado todo atrás.

 Después de caminar durante casi una hora, Dark llego al reino y entro sin problema, ya que cuando lo "revisaron"  vieron que no llevaba nada de peligro y era un viajero relativamente recurrente.

Tare, con esfuerzo, había logrado saciar la "sed"  de Dark...mas o menos, había cosas que eran "insaciables" para el.

Tras entrar, compro todo lo necesario y se dispuso a salir cuando un soldado alto y rubio lo detuvo poniéndole pesadamente una mano en hombro.

-¿A donde cree que va?- dijo con voz gruesa, notablemente forzaba la voz ¿tendría unos 18 años tal vez?-

-¿Algún problema?- miro hacia arriba y reconoció una placa dorada, una marca muy especifica-capitán...-

-No ha respondido mi pregunta- sonrió triunfante el hombre-

Dark dio un largo suspiro, y como este llevaba una mascara, el guardia no noto sus labios pronunciar un hechizo simple para comunicarse con Tare, su hermano.

"

-Tenemos un problema,hay un estúpido soldadito que me pregunta adónde voy, parece particularmente interesado en mi-


 -¿No puedes perderlo?-


-Mucha gente...¿puedo?-


-No, piérdelo, o cambia tu mascara por la otra y escapa por el acceso norte de la ciudad, hay un túnel debajo por el cual deberías pasar sin problemas-


-¿Estas jugando conmigo no?-


-No-


"

-¡Responda! - le grito-

-Lo lamento niño- el hombre enrojeció de la rabia ante el adjetivo, Dark solo rió- me temo que no te diré una mierda a donde me voy-

Antes que pudiese reaccionar,  golpeo la barbilla del hombre con su puño y lo tiro de espaldas al suelo.

Que bien se sentía...era hora de correr. 

Dark salió corriendo a una gran velocidad dejando a una multitud de personas atontadas mirando al oficial que yacía inconsciente en el piso.

Corriendo llego al extremo de la ciudad en unos segundos, pero la puerta estaba cerrada, al parecer llevaban tiempo observándolo,  pues unos arqueros se disponían a dispararle en toda la cara desde la cima de la muralla. 

La rabia quería apoderarse de el, pero una promesa lo ataba y tenia que usar el "plan B"

Cuando los soldados llegaron, se toparon son unos atónitos arqueros que no tenían la menor seguridad de lo que habían visto, pues estaban seguros que sus ojos los estaban engañando.

Héroes (La leyenda de Zelda)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora