❅❋❉❆³⁹

1K 150 101
                                    


– Pedazo de idiota –dice Junkyu, enfadado, mientras entramos en mi edificio–. ¿Te trata como la mierda durante meses, se dedica a hacerte la vida imposible, y después se cree que con pedirte perdón es suficiente? ¿Después de todo lo que has pasado? Te juro que como lo vea, me lo cargo.

– Calma, calma. Está perdido, Junkyu. Eso es todo. Sí que ha sido un idiota, pero ya sabes cómo son estas cosas.

Se encoge de hombros.

– Sí, supongo que sí. En realidad es que estoy nervioso. Explícame por qué tengo que conocer a tu madre tan pronto.

– Porque se lo prometí a cambio de quedarme a dormir en tu casa –le recuerdo mientras presiono el botón del ascensor.

– Si me hubiera enterado de eso antes...

– ¡Oye! –digo fingiendo indignación, con el ceño fruncido–. ¿Es que acaso te arrepientes de esa noche?

– Claro que no, bobo –asegura, y me besa lentamente antes de continuar–. Fue la mejor noche de mi vida.

No puedo evitar enrojecer un poco.

– Pues ya está, esto es lo que toca ahora. Además, yo conocí a tus padres hace dos semanas, ¿recuerdas?

– Sí, pero esto es distinto. No les dije que eras mi novio –añade entre susurros–. Además, no hablaste con ellos ni cinco segundos. Yo voy a merendar con tu madre.

– Es lo que hay.

– ¿Y por qué tiene que ser hoy? Tu madre dijo que esta semana, pero podíamos haber esperado al viernes... o al domingo... O a la semana que viene, no sé. Pero no ahora.

– Porque hoy es el único día que mi padre no estará en casa después del entrenamiento de taekwondo. No tengas miedo, anda.

– No tengo miedo –asegura, dándome la espalda para entrar en el ascensor con más rapidez de la necesaria.

– Mentiroso.

– Bueno. A lo mejor un poquito –confiesa cuando las puertas se cierran, todavía de espaldas a mí.

– Qué tonto que eres. Anda, ven aquí. –Abro los brazos acercándome a su espalda para que se meta entre ellos. Tengo que elevarme un poco para dejar un beso en su cabeza, y después uno al ras de su cuello, abrazándolo con fuerza por detrás–. ¿De qué tienes miedo?

– De caerle mal.

Presiono el botón del cuarto piso.

– No le vas a caer mal.

– ¿Y tú cómo lo sabes? Soy el chico que se ha llevado a su hijo al lado oscuro, ¿recuerdas? Seguro que me odia.

– Nadie podría odiarte. Eres demasiado perfecto.

– Y tú eres demasiado idiota.

– Puede. ¿Sigues nervioso?

El ascensor se detiene y las puertas se abren, pero nos quedamos dentro, inmóviles.

– Mucho.

– Todo irá bien –aseguro, y le doy otro beso en la cabeza, todavía abrazándolo–. Te lo prometo.

– Pues venga, vamos allá antes de que me arrepienta.

Salimos del ascensor y saco la llave del bolsillo mientras caminamos hasta mi puerta, al fondo del pasillo. Le doy un beso rápido en los labios y un apretón en la mano antes de abrir.

– ¿Mamá? ¡Ya estoy en casa!

Ella no tarda en aparecer, sonriendo. Me alegra ver que no se ha puesto ropa demasiado formal; me habría dado un poco de vergüenza si se hubiera arreglado demasiado. Después de todo, solo vamos a merendar, no es como si fuéramos a celebrar nuestra boda.

影┆𝚜𝚑𝚊𝚍𝚘𝚠 ; 𝚖𝚊𝚜𝚑𝚒𝚔𝚢𝚞 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora