mi querida mandí {billxdipper}

09

PD: no me maten, debi hacerlo y si no me entendio, ya veran cuando salga un parque y helados ;v

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-hola dipper, no duraste mucho esperándome – lo dijo will con una linda y amable sonrisa, mientras se sentaba en el puesto que estaba libre – ¿cómo estás? –

-hola will, bien y tu – le sonrió con nerviosismo, mientras jugaban con sus dedos. A will le encanto ver eso, pero solo se concentró en sonreírle, de verdad le encantaba ese joven.

-un poco bien, gracias por preguntar… pero ¿cómo esta mandí? – el peliazul lo miro con cariño y eso sonrojo al castaño.

-jeje… digamos bien, alegre, manipuladora, dulce y sobre todo muy astuta – el castaño lo decía con cariño mientras apretaba el puño – es única, solo eso jajajaja –

-jajajaja… se escucha muy dulce – dipper le sonrió muy alegre por escuchar eso y el contrario solo se quedó perdido por un momento al verlo.

El lugar se quedó en silencio por un rato, ninguno de los dos tenían otro tema de conversación y ya se estaba sintiendo la incomodidad en el aire. El castaño iba decir algo pero vio como el peliazul se levantaba.

-eh… ya vengo voy a pedir algo de beber, ¿qué te gustaría tomar? – lo pregunto con un tono calmado y gentil.

-b-bueno un late está bien para mi – respondió con nerviosismo mientras se acomodaba su cabello detrás de su oreja, ese gesto le pareció lo más lindo a will que no pudo sonríele de manera épica, para luego alejarse y ponerse en la fila que había para pedir el café.

El ojiazul estaba súper nervioso porque la cita, no estaba saliendo como se la imagino pero le agradaba pasar tiempo con ese lindo castaño, “solo recuerda los consejos que te enseño bill, aunque nunca los use con nadie hasta que conocí a dipper, ahhh… ¿porque estoy tan nervioso?, solo compórtate cool, como dijo”, la mente del peliazul era un caos de que hacer mientras se encontraba en la fila, tanto que no noto que ya casi llegaba al mostrador y por simple curiosidad miro hacia donde estaba el castaño, cuando lo vio algo que no le agrado mucho sintió una amargura en su pecho. 

[…]

El castaño vio como will se iba a pedir los café, estaba cómodo en ese lugar y eso era raro, porque en general nunca se sentía bien en ninguna parte con mucha multitud, al menos en el trabajo… el estaba tan distraído que no le prestó atención al grupos de chicos que se encontraban en la mesa de al lado y cuando lo hizo, pudo escuchar lo que decían de él.

“uh, aún hay pasivo hoy en días”

“cállate, que te puede oír”

“no seas tan paranoico, aunque nos escuche ¿que nos va a decir?… ellos son débiles por naturaleza”

“tiene un buen punto, jajaja”

Mientras tanto dipper sentía enojo, rabia o molestia a la vez, aun no entendía porque todos lo trataban de esa manera, por eso era la razón que nunca le gustaba salir a lugares concurridos y también por la incomodidad, él le quería decirle sus 24.000 palabras pero no lo aria, el ya no era ese niño impulsivo que buscaba discusiones con todo el mundo que le dijera algo malo, ya estaba grande y era padre tenía que mostrar su madures, pero eso no calmaba su molestia por esos mocosos. Pines solo se propuso a ver fuera de la ventana, para olvidarse de esos niñatos y esperar a will.

Pero aun podía escuchar cómo se reían, hasta que de repente se detuvieron y eso lo hizo ver que pasaba, en eso noto como will estaba con ese grupo y luego caminar hacia el castaño.

-hola dipper, que tal si vamos a un parque que me dijeron que venden unos helados muy buenos – lo dijo will mientras le agarraba la mano al menor y se lo llevaba hacia la salida.