Capítulo 35

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Termino de beber el jugo de naranja que he preparado hace unos minutos, listo para ir al entrenamiento del equipo de básquetbol.

Honestamente no siempre me ha llamado la atención participar en campeonatos así, ya que siempre todos terminan echándole la culpa a alguien por no ganar y echándolo del equipo.

Pero este año me animé.
Porque quiero sorprender a _____________ con cada una de mis jugadas, anotando solo por ella y para ella.

Quizá no estemos en el mejor momento por ahora pero de cualquier manera nos reconciliaremos. Decidí darle su espacio, para que piense las cosas y podamos volver a estar bien.

Por supuesto, aún debo de disculparme.
Por ello quedé en ir a su casa luego de mi entrenamiento, al que por cierto, no quiso acompañarme debido a su molestia.

Pero no importa.
Cuando me vea jugando en el partido contra otra escuela de la ciudad, se emocionaría bastante, o al menos eso es lo que yo espero.

Dejo el vaso que he estado usando en el lavaplatos y lo enciendo. Salgo de la cocina y subo a mi habitación casi corriendo, se me hace tarde.

Entro al baño y me cepillo los dientes.
Al salir, observo la pequeña mochila que llevaré con las cosas necesarias para asearme luego de entrenar.

Todas las ideas se me van al ver a Cassie entrar a mi habitación. Ruedo los ojos.

-¿Qué quieres?

Le pregunto, intentando sonar amable.
Aunque al final parezco todo lo contrario.
Cassie ríe.

-Solo quería saber si te reconciliaste con la pros... digo, ______________.

La miro mal.
Introduzco una pequeña toalla dentro de la mochila y también desodorante para luego cerrarla. La coloco sobre mi hombro derecho.

-Aún no, iré a su casa a penas termine de entrenar, allí hablaremos.

Cassie alza las cejas.

-Creo que me deberás la vida por esto entonces.

Frunzo el ceño.
Me indica que me acerque hacia ella y eso es lo que hago, Cassie saca su celular que está en el bolsillos de sus jeans y me muestra la pantalla de este.

Entrecierro los ojos.
¿Es _____________?

Observo bien la espalda a través de la foto, en la cual, aquella chica está usando un crop muy descubierto y unos shorts muy apretados. No puede ser _______________.

-No es ella.

-¿Ah no?

Desliza su dedo sobre la pantalla.
Mostrándome otro video el cual no tarda en darle play.
Puedo sentir mi corazón hacerse pedazos al ver a mi novia bailando con una enorme sensualidad arriba de un tipo asqueroso.

Que al parecer tiene como veinte años más que ella.
Es el club donde ha estado trabajando.
No.
No ha podido volver a trabajar allí luego de lo que pasó, ¿verdad?

-¿De cuándo es eso?- pregunto. Intentando no sonar alterado.

-Ayer por la noche.

Mi corazón cae al piso nuevamente.
Suspiro.
Ayer le mandé mensajes preguntándole si quería venir a mi casa y no me respondió en toda la jodida noche, hasta hoy por la mañana.

La llamé una vez y su teléfono estaba apagado.
Aprieto mis puños.
Y sin contenerlo más grito, dándole un fuerte golpe a la pared.

-¿Creías que no era una prostituta?
Ríe cínica.

-No te metas en esto, de todas formas gracias por decirme.

Dejo la mochila que iba a llevar al entrenamiento sobre mi cama, y salgo de mi habitación casi corriendo,

Al poco rato salgo también de mi casa y me monto en mi auto para ir a la casa de _____________. Al diablo con el entrenamiento, y también al diablo con nuestra relación.

Enciendo mi auto y comienzo a conducir.

Me encargaría de ir a las autoridades para informar que una menor de edad está trabajando en esos asquerosos clubs para asegurarme que no vuelva a trabajar en uno de estos. Y luego me alejaría de ella para siempre.

¿Cómo pudo hacer eso?
¿Acaso no recuerda lo que los dos pasamos allí?
Por Dios, hasta le estuve dando dinero para que pudiera estar bien junto a su abuela.
¿Cómo es posible que me traicione de esa forma?

Jamás esperé eso de ella.
Confíe tanto en ella...
Esta estaba comenzando a aceptar que sea amiga de Dylan con tal de poder estar bien con ella.

Cuando en realidad seguro lo que quería era tirarselo, o quizás viceversa, y ella no se iba a negar por unos veinte jodidos dólares.

Un recuerdo pasa por mi mente.
¿Dónde quedó la cafetería en la que iba a trabajar?

Jodida mentirosa.

Acelero la velocidad al estar cerca de su casa.
Gracias a Dios, a estas horas no hay tráfico en la ciudad.

En menos de tres minutos, llego a la casa de ______________. Estaciono mi auto al frente y salgo de este, azotando la puerta.

Me paro delante de la puerta y la toco con fuerza.
A los segundos, ella me abre.

Puedo darme cuenta de que esta en pijama.
Es normal que este cansada si ha pasado toda la jodida noche moviendo el culo para otras personas.
Es por eso que no quiso hacer el amor conmigo...
Porque se estaba guardando para otros...

Entro a su casa con brusquedad.
Observándola cerrar la puerta después de mí.

-¿Que...

-Ayer por la noche volviste a ir a ese asqueroso club de mierda- le digo firme, conteniendo mis ganas de tomarle el rostro y gritarle. ¿Cómo pudo?- Por eso no me contestabas los mensajes, porque estabas bailando para otros hombres que te dieron dinero para mover ese culo.

____________ frunce el ceño.
Río.
No seas cínica Gagnon.

Intenta tocarme pero me zafo de su agarre.

-¿Podrías calmarte? Ayer no...

-¿Cómo quieres que me calme si fuiste a ese asqueroso club otra vez? Prometiste que no volverías a ir- la interrumpo- Pudieron haberte hasta matado esa noche ___________, quedamos en que te prestaría dinero para que no volvieses a trabajar allí, y no te importó, ¿qué demonios tienes en esa cabeza?- bufo- Como sea, tengas lo que tengas dentro de esa cabeza llena de pura infidelidad y sexo ya no es mi problema, terminamos.

Dejo de hablar para que no escuche que mi voz está rota. La quiero tanto pero no puedo permitir ni perdonar esto.

-¿Terminar? Pero quien...

-¡Deja de hacerte la tonta!- exclamo, alterado- Te gusta que todos los hombres te manoseen a cambio de dinero- río- No quiero eso para mí, de todas formas, suerte en tu jodida vida prostituta de...

Una bofetada me hace dejar de hablar.
Gimo por el dolor.

Observo su rostro.
Esta muy sonrojada.
Y además,
Esta llorando.

-Lárgate, no quiero verte nunca más.

Me dice, limpiándose las lágrimas que caen por sus mejillas. Y eso es lo que hago, salgo de su casa, y también de su corazón, para no volver jamás.


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Whatsapp: maratón 04/06.

Ángel negro | Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora