Todos llagamos al punto de que la última gota rebalsa el vaso en cual libera tanta pena profunda un nudo en la garganta, tanto que explotación en llanto en una sensación de ya no querer nada y solo querer dejar de ser un estorbo, absorto en los pensamiento que no sabes que hacer. En ese momento en ese mar de lágrimas, te das cuenta que lo poco de alma que tenías se te destruye en mil pedazos.