—Levantense, pedazos de mierda —grité, entrando en la habitación que Clyde, Pip y mi hermana, compartían.
Suena un poco extraño decirlo así, que duerman tres en una habitación, considerando mi posición. Déjenme explicar que pasó.
El otro día, la muchachita tuvo una pesadilla. Y, como no controla bien sus poderes, prendió fuego su cama. Así que, enfurecida, fue a la habitación de Pip, para cambiar de cuartos. Mi amigo, sin conocer la maldad que ella poseía, aceptó.
Pero claro, tuvo otra pesadilla. Y esta vez, incendio el cuarto completito.
Si hubiera ido al cielo, al menos podría hacer que llueva, en vez de quemar todo.
Así, dos de nuestros cuartos quedaron chamuscados. Claro que, en mi casa habían muchos más. Pero estábamos cerca de Halloween, y los cuartos estaban ocupados, debido a las decoraciones, y algunas cosas que ni me esforzaba en recordar. Debido a la situación, Clyde tuvo que compartir su cuarto, con los otros dos. Lo peor, era que los tres, bueno, Pip no, pero me gustaría pensar que si, me suplicaban para que les comparta mi cuarto. Dormir con el castaño, era una mala idea, porque a veces lloraba dormido. Dormir con mi hermana, era una mala idea porque...bueno, hay cosas que es mejor no saber. Sim embargo, dormir con el rubio hubiera sido cómodo, es decir, es de las personas que se hace bolita en una esquina, que no ronca y que se ve como ángel. Salvo por el mal aliento de la mañana, era el compañero ideal. Sin embargo, el no se quejo de tener que dormir con otros dos más.
Los días siguientes fueron tranquilos, salvo por la fiesta de Halloween. Fue un completo desastre. En si, salió perfecto, todos se divirtieron, no faltaron invitados, la comida sobró. Pero en esta casa, el único que se encargaba de mantener un order era yo, ¡Hasta Pip desaparecía cuando había que limpiar!
Así que aquí me encontraba, observando a aquellas tres personas, que dormían enredadas como si fueran una serpiente. Clyde roncaba, tan fuerte, que me sorprendía que los otros dos no se despertarán.
Suspiré, para comenzar a aplaudir.
—Arriba, arriba —volví a decir, intentando no perder mi paciencia, que ya de por sí, era poca.
Las otras veces que había que limpiar, terminaba haciendo todo sólo. Pero no está vez, está vez, yo descansaría, y ellos limpiarian.
La chica abrió sus ojos, levantó su cabeza, y miró a su alrededor, para luego, volver a acomodarse.
—Si no hay desayuno, yo no me levanto —respondió, tomando el cuerpo de Pip, y acomodandolo sobre su pecho.
—No pienso hacerte el desayuno, además, todo esta sucio —crucé mis brazos.
—Entonces ve, y limpia —rió Clyde.
Estaba a punto de hacerlos volar por el aire, sin embargo, debía controlarme. Debía estar calmado.
Baje las escaleras de aquella mansión, y me dirigí a la cocina. Limpié lo necesario para hacer un desayuno, prepare café y tostadas. Media hora más tarde, subí, esta vez con una bandeja entre mis manos.
—Ya tengo tu desayuno —le dije a la joven.
Está vez, se levantó, no sin antes empujar a Pip, tirandolo al suelo. Se colocó frente a mi, observando lo que había prepararo. Se río, y volvió a la cama. Al menos, con el empujón, el inglés ya estaba arriba.
—Yo no desayuno tostadas con café, desayuno bebidas energizantes con torta de chocolate —abrazo a Clyde, tapándose con las mantas.
Conté hasta diez mentalmente.
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La Agotadora Vida de Damien Thorn
FanfictionSu hermana solía pensar que solo era un vago, que iba a visitarla cuando quería, y que pasaba el rato buscando con que desaburrirse. Pero, claro, se equivocaba.