72 - ENCUENTRO

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Continuamos avanzando por los túneles mientras que yo no puedo evitar estar preocupada por mis hijas. Sé que las dos están muy afectadas por el secuestro de Rufus y Kael. Hasta el clon se ve triste. ¿Acaso tiene los mismos sentimientos que la original?

—Ya hemos llegado —nos indica Fiona de repente parándose en seco —. Tras esta pared se encuentra Hades y esperemos que Lorie esté allí también.

Asiento con tristeza. De momento es la única opción que tenemos y, conociendo a Hades, seguramente los querrá usar como escudos humanos. Él es así de rastrero.

—Preparaos bien. No sabemos con qué nos vamos a encontrar —dice Drogo con seguridad. Todos asentimos y nos concentramos con todos nuestros sentidos.

Fiona abre la puerta y ante nosotros se presenta la gran sala de enormes columnas. Para mi sorpresa, está intacta. No hay restos de la destrucción que produje al llegar aquí, ni del cuerpo de mi madre. Eso me preocupa.

—Mirad —grita Christen de repente llevándose la mano a la boca asustada.

Me vuelvo hacia el lugar que señala para encontrarme con Rufus y Kael colgados del techo con unas largas cadenas alrededor de sus muñecas. Ambos parecen dormidos y van desnudos de cintura para arriba. 

—¿Os gusta la nueva decoración de mi castillo?

Me doy la vuelta para encontrarme con un Hades divertido sentado en el trono. Cojo aire despacio. No quiero ser impulsiva en estos momentos. No estoy sola y tengo que pensar en los demás.

Asumiendo el mando, les hago una señal a los demás para que se queden quietos y me acerco a él decidida.

—¿Qué pretendes con esto, Hades? —pregunto con la cabeza bien alta.

—Lo sabes de sobras, Cris —responde con una media sonrisa —. Quiero el poder de los niños prohibidos para reinar sobre este mundo. Quiero un reinado de terror donde el miedo y la destrucción lo sean todo. Quiero mandar sobre todo y sobre todos y convertirme en el ser supremo de este planeta.

—Resumiendo, quieres colocarte por encima de tu hermano Zeus, ¿no?

—Mi hermano se va a convertir en una hormiga a mi lado. Además, yo soy más guapo, más listo y más apuesto que él. ¿No crees que me lo merezco?

Tengo que aguantarme la risa al escuchar eso. ¿Acaso no se ha visto? Me da la impresión de que no recuerda que está en el cuerpo de Merlín.

—Lo único que yo veo es a un viejo con más de mil quinientos años. ¿Eso es ser guapo y apuesto?

Una carcajada se le escapa. Parece que le ha divertido mi contestación.

—¿Olvidas que este cuerpo es temporal? En cuanto me haga con el de tu marido o el de tu hijo, todo cambiará.

—Por encima de mi cadáver —contesto empuñando mi espada.

—Si es lo que quieres...

Chasquea los dedos y, en esos momentos, aparecen unos orcos portando afiladas lanzas. Van directos hacia Rufus y Kael y empiezan a pincharles con éstas como si fueran unos sacos colgados. Los gritos que se empiezan a escuchar son escalofriantes.

—Déjales —grito —. No tienes derecho.

—Al contrario —responde con una irónica sonrisa —. Tengo todo el derecho del mundo. Son mis prisioneros. Ahora... Si quieres ayudarles, estás en tu derecho.

Aprieto los puños con fuerza. ¡Que estoy en mi derecho dice...! ¿Será...? Por supuesto que les pienso ayudar, pero con cabeza.

Drogo. Suelta a los perritos.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora