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— Choi San, ¿por qué?

— me entró curiosidad — Hongjoong sonrió levemente, disimulando lo que en verdad sabía. Debía desviar la atención de Seonghwa por los nervios que había comenzado a tener, así que, volvió a dejar un beso en los labios del mayor, siendo correspondido nuevamente.

Seonghwa apartó la mano de la cintura de Hongjoong, colocándola sobre su espalda baja, ocasionando que ambos pechos se unieran más.

El ambiente comenzó a tornarse cada vez más caliente.

Hongjoong rodeó con ambos brazos el cuello del pelinegro; logrando profundizar el beso, de un momento a otro la lengua de Seonghwa invadió la boca del peliblanco comenzando a juguetear con su pequeño musculo, brindando pequeñas succiones. El más pequeño comenzó a mover la cadera lentamente sobre el miembro del mayor, ocasionando que Seonghwa suelte gemidos en un tono muy bajo.

Seonghwa es el primero en separarse, abriendo los ojos para ver a Hongjoong; topándose con sus mejillas levemente rojizas — estábamos en una plática seria, ¿cómo acabamos en esto?

Hongjoong se encogió ligeramente de hombros, riendo sin poder evitarlo — no lo sé, ¿qué te parece si te muestro la habitación en la que dormirás? — sonrió con malicia, tomando la maleta del mayor para llevarla escaleras arriba.

— me parece una excelente idea.

Seonghwa se levantó del sofá, comenzando a caminar detrás de Hongjoong, aprovechando la vista que tenía del peliblanco. Los dos entraron a la habitación, Seonghwa tomó la iniciativa, yendo hasta el menor para rodearlo con ambos brazos, atrayéndolo a su cuerpo — ¿es normal que me sienta atraído hacia ti de todas las maneras posibles?

Hongjoong no respondió, en su lugar, volvió a unir la boca con la de Seonghwa, sintiendo los suaves belfos contrarios entrar en sintonía con los propios. Nuevamente el beso se intensificó, dejándolos con la respiración agitada.

Seonghwa dio unos cuantos pasos hasta que Hongjoong siente el borde de la cama chocar con sus piernas. El peliblanco se sentó volviendo a recibir los labios del mayor, soltando pequeños jadeos entre el beso.

Hongjoong también amaba cada parte de Seonghwa, sus besos llegaban a ser la gloria misma.

El pelinegro se colocó sobre el cuerpo más pequeño, comenzando a mover la cadera a un ritmo lento ocasionando que ambos miembros se rocen de una manera placentera. La tela de sus pantalones era la única que estorbaba, pero al mismo tiempo creaba una sensación deliciosa de tortura y deseo.

Las manos de Seonghwa fueron debajo de la sudadera rosada que Hongjoong usaba, únicamente para acariciar sus pezones los cuales al sentir el frío tacto de sus dedos se pusieron duros esperando por más.

— ah... — un pequeño gemido salió de los labios entreabiertos de Hongjoong, enrollando las piernas en la cadera de Seonghwa, ocasionando que el mayor se roce con más fuerza — tócame como tú sabes hacerlo — abrió los ojos para mirar la oscura mirada del pelinegro, subiendo la mano por su mejilla, volviendo a besarlo.

Los labios de Seonghwa llegaban a ser su mayor adicción, podía besarlos por toda la eternidad y descubrir un sabor nuevo cada vez, eran suaves como los pétalos de una rosa y dulces como la misma miel.

La sudadera del peliblanco fue retirada de su cuerpo, descubriendo su abdomen lastimado y sus lindos pezones que esperaban por su tacto, sin esperar más, Seonghwa posó la boca sobre uno de sus botones, comenzando a lamerlo y a succionarlo con delicadeza, descendiendo por su abdomen, brindando pequeños besos en el golpe que el peliblanco tenía, sus grandes manos comenzaron a recorrer la fina cintura que Hongjoong poseía, finalizando en el borde del pantalón de pijama que usaba; lo bajó, acariciando sus piernas en el proceso.

Trastorno Obsesivo Compulsivo|| SeongJoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora